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TEATRIN VIAJERO

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REFLEXIONES ABIERTAS PARA EL TEATRO INFANTIL

REFLEXIONES ABIERTAS PARA EL TEATRO INFANTIL

Por Carlos E. Herrera
Correo-e: critica@cantv.net
Fuente: VayaAlTeatro.com
Disponible en: http://www.vayaalteatro.com/cronica.php?id=19

Pensar, analizar y reflexionar sobre una de las manifestaciones escénicas de mayor responsabilidad creativa, estética, artística y profesional es, sin duda, la referida al área del teatro para niños y adolescentes. En varias oportunidades he considerado el tema con reflexiones o inflexión de alcance sobre la realidad, vigencia y permanencia de esta especial manifestación teatral. Lo complejo del asunto estriba en las numerosas aristas que el hecho escénico orientado hacia el segmento “infanto juvenil” expone y que más de las veces es más propio de una ponencia que de un artículo de opinión.

Sin embargo, sigo elevando preguntas aunque las respuestas no terminen de cuajar para crear un modelo de mejoramiento a las situaciones que uno, como crítico o persona sensibilizada al hecho escénico siente que deben ser respondidas por aquellos que hacen del oficio teatral tanto una posibilidad de arte, educación y formación.

Persisto en inquirir cuestiones básicas como por ejemplo: ¿qué entiende -en estos años de la primera década del siglo XXI- o como “niño” o adolescente un dramaturgo cuando decide asumir la escritura de una historia o aborda un tema x o y de una pieza teatral? ¿Qué tiene en mente un director de un grupo dedicado a estos menesteres del teatro para niños / adolescentes radicado en una capital de estado o en un municipio apartado del país cuando decide escenificar un clásico de la dramaturgia nacional, un texto “versionado” o, sencillamente, asumir de forma imitativa ciertos elementos mediáticos de moda? ¿Piensan más este director en el efecto de la taquilla? ¿Sienten estos directores a que a través de tal o cual montaje con presencia o no de figuras profesionales del teatro infantil o, con presencia de notorios artistas de la televisión serán los que le dará notoriedad / aceptación en el juego de la oferta / demanda del producto artístico cultural actual?

¿Qué clase de valores de formación / gusto buscan fortalecer a ese espectador infantil o juvenil? ¿Cuáles son las inquietudes que deben, obligatoriamente satisfacer por parte de la dupla: autor, director para estar a tono con los valores morales de una sociedad en permanente cambio de paradigmas? ¿Se considera a fondo el universo de creencias, valores así como la cambiante psicología del niño / adolescente cuando se habla desde la escena de que unos elementos son reflejo dinámico de la cultura de un tiempo dado? ¿Se está dando una estandarización del patrón del “gusto nacional” el cual pareciese estar dominado por temas y contenidos que aparte de evadir sanamente complementan la formación espiritual e individual de ese segmento “infanto juvenil” por parte de un grupo profesional, regional o popular? ¿Existe una justa correspondencia del valor de uso y el valor de fondo entre la cuentística universal que alimenta decenas de montajes frente al avasallante empuje de los valores mediáticos provenientes del cine, la televisión, los juegos de vídeo, la Internet, el uso de celulares, la música urbana, los modismos del lenguaje, etcétera que hacen que un niño de once años ya no piense y reaccione como pensaba y reaccionaba un infante hace menos de una década?

¿Qué tipo de temas y contenidos seducen la atención de un joven adolescente en materia de teatro? y, en consecuencia, ¿qué entiende la gran mayoría de los creadores del sector cuando hablan de producir espectáculos dirigidos para un consumidor “púber” o adolescente? ¿Son estos grupos profesionales con nombre y apellido a lo largo y ancho de nuestra geografía auténticos vasos comunicantes entre la sociedad que cambia pero que asumen un tipo de creación personalista y sesgada en lo creativo insistiendo en que debe ser esto y no aquello lo que habrá de convertirse en “producto” de arte y espectáculo?

Las respuestas tentativas a estas preguntas ramifican otras interrogantes. Las interrogantes algunas de las veces se convierten en etiquetas no clasificables y, menos aún, en propuestas viables de satisfacer la ruptura de estatización que, por años congela a algunos creadores, grupos, compañías e instituciones públicas y privadas de esta Venezuela del año 2007.

Incluso, me pregunto en voz alta: ¿qué pasa realmente con el sector cultural que hace del oficio teatral para niños y adolescentes y que trabaja a lo largo de cada temporada solo ofreciendo de forma solapada o directa sus obvios propósitos de hacer un cierto teatro que no parece evolucionar ni en su fondo ni en su contenido? ¿Por qué una institución como el Teatro Infantil para Niños (TIN) no se sacude de su congelamiento “económico” y termina de una vez por todas de convertirse en un auténtico ente con acción, vida, proyección e incidencia NACIONAL que acometa los asuntos más álgidos que son de su estricta órbita de responsabilidad? ¿Por qué solo su actual junta directiva así como su asamblea de miembros asociados está tan parcamente callada y no son capaces de dinamizar sencillas pero fructíferas jornadas de discusión / reflexión de las problemáticas del sector que supuestamente representan? ¿Por qué solo se limitan a movilizarse a la carrera cuando los presupuestos (léase, convenios de cooperación cultural (CCC) les insufla de ciertos recursos solo armar un frenético festival (FesTin) que, por lo general genera más resentimientos que satisfacciones al plural de los colectivos del país? ¿Todo debe depender del factor “económico” para poder sentarse con cierta periodicidad a conversar con el país teatral que trabaja el teatro para niños y adolescentes a analizar sus fortalezas y debilidades, a crear redes de fortalecimiento, a establecer una diálogo franco con las autoridades del Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM) del Ministerio del Poder Popular para la Cultura? ¿No será que por ahí la actual directiva del TIN y sus miembros se está planteando quitarse la chamarra institucional de la “4ta república” y vestirse acomodaticiamente con valores y directrices de se más abierta a lineamientos políticos ideológicos de la “5ta república” asumiendo como la pomarrosa cambios de oportunidad y no de reales servicios creativos artístico a nuestra sociedad?...

Como se puede ver, me asalta la certeza e inquietud de pensar que las cabezas más visibles del mundo teatral para niños (as) y adolescentes están solo ahí, para esperar el mismo oportunismo: ¡¿Cuánto hay pa´eso?!

No se verifica en los últimos meses, que estos agentes culturales, que estos dirigentes artísticos que conforman este alicaído TIN y también algunos grupos no adscritos a este ente terminen de ser de una vez por todas actores pro activos a fin de ejecutar planes / proyectos y acciones de autogestión comunitaria en red entre ellos y para el sector –que son y será su universo de beneficiarios- tras eso que se entiende como comunidad socio cultural. Más preguntas que me atrevo a levantar: ¿Por qué no se busca allanar un gran Congreso Nacional de todas estos grupos e instituciones que trabajan para el sector teatral para niños y adolescentes donde se pueda tener un levantamiento real y cónsono al horizonte de expectativas que el medio cultural nacional demanda? ¿Por qué el espectro de colectivos que se autocalifican como “grupos estables” no son capaces de construir una acción permanente para fomentar, promocionar, difundir, apoyar y estimular tanto a escritores, directores, diseñadores, realizadores, actores, técnicos, investigadores y críticos teatrales venezolanos con o sin ayuda gubernamental con el objeto de poner coto al síndrome de vernos el ombligo ante la incapacidad de ser más activos, de ser tozudamente obstinados en acciones medianoplacistas, de mantener el egoísmo de la vanidad del “aquí y ahora”, por aspirar efímeras cuotas de un poder (económico y/o político local, regional o nacional) que más de las veces se convierte en boomerang deformante a lo que es y debe ser la realidad “real” del teatro para niños y adolescentes en este, nuestro país cultural?

Al ir hacia cada cierto tiempo a las regiones, al confrontar las disímiles voces de artistas y grupos, al sondear desde mi “visión” como espectador especializado lo que hace, planifica y concreta estos grupos en sus respectivos compromisos de montaje, de encuentros, muestras y festivales, veo que unos y otros no logran ponerse de acuerdo en las cosas esenciales del asunto. Mucho estira y encoje. Mucha envidia y reconcomio solapado. También mucho esfuerzo y poco apoyo. Mucho público que demanda más y mejor calidad. Tras de ello, una generación de niños, niñas y adolescentes que, al parecer no se les escucha aun cuando sean formados como futuros artistas o espectadores. Hay un diálogo de sordos entre grupos e instituciones de alta cultura estatal. Existe un puente caído entre la realidad de los hacedores del teatro para niños y adolescentes y lo que debe ser una sólida política en materia de fortalecimiento del sector. Hay mucho dinero pero es poco el que verdaderamente llega a quienes de una u otra forma, entregan lo mejor de si en lo que se asume como ciclo anual del hacer. Hay quienes tienen demasiado y poco saben como administrarlo y viceversa. Hay mucho talento pero que no se le deja oportunidad para expresarse y menos, de tener una palestra de continuidad, si la tienen.

El teatro para niños se comporta como una de las frases de canción popular: “tiene amigos a montones”; a ello le incido con un toque de mordacidad: “que se comportan como “camaleones”. Cuando hay dinero: ¡muchos bailan al son que les toquen! Cuando no hay dinero, hay un desierto de voluntades.

A pesar de todo, desde este espacio saludo el esfuerzo dado por algunos pocos que siguen bregando porque el teatro para niños y adolescentes sea cada vez más digno, cada vez más ajustado a comprometerse con sus comunidades, que busca saber darse la mano tanto en la amplitud como en la carestía. Doy un espaldarazo a quienes saben oír, pensar y avanzar. Sé que hay un teatro dignificado y dignificante que no pide dádivas sino ha sabido devolver con creces dividendos al estado, a la comunidad y al país. Frutos que alimentan y fortalecen a quien sabe tomar con sabiduría sus calorías y sus nutrientes: ese teatro para niños y adolescentes que sabe hablar bien de sí y tiene su nobleza en alto.

Esta nota a pesar de estar escrita con algo de molestia, va dedicada a un grupo de hombres y mujeres que, con orgullo y dignidad, con paciencia y perseverancia, llevan la frase en boca: “¡A Dios rogando y con el mazo dando!” Un colectivo que se atreve a proseguir en la dura lid de hacer del teatro para niños y adolescentes de la región anzoatiguense, generando una verdad tan alta como una luna en noche de verano. Me refiero, a la persistencia y logro del grupo Puerto Teatro quienes, contra viento y marea, lograron concretar la IX edición del Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” realizada del 10 al 19 de agosto en el Municipio Sotillo de Puerto La Cruz, con extensión hacia varios municipios y localidades de ese caluroso estado.

Ellos (Nelly, Pablo, Carlos, Raquel, Mirella, Sol, Olys, Milagros, Margota, Alí, Tesa, Violeta, entre otros) en la dureza de una coyuntura y con exiguos recursos -un pequeño aporte del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y con ingresos de taquilla- sustanciaron un evento donde grupos (Arlequín, Arte y Teatro y La Máquina de Hacer Sueños de Bolivia, Teatro de Títeres Babalawos de Argentina, La Puerta, Laboratorio Teatral, Teatrilandia, Dharmateatro, Cía Experimental Teatro Ambulante de Cantaura, Batahola, Titiritarlos, Puertoteatro, Mister Mimo, Titiartes, Corpus Teatro y el Teatro Universitario de la U.D.O e individualidades invitadas, que trabajan y crean por un mejor teatro infantil saben y entienden que se puede ir más allá de la limitante económica.

Un festival que ya se ha arraigado y que tiene un público que los alienta y les demanda ya que han sabido ganar su confianza así como el respeto de buena parte de los grupos e instituciones que hacen labor permanente por el teatro “infanto juvenil”.

Son pocas las personas que articulan a este colectivo de Puertoteatro pero todos desde su directiva a los miembros de sus talleres juveniles han demostrado que tienen los pies bien puestos en tierra. Si PDVSA les falla, pues no decaen; si la lluvia es sinónimo de “tormenta” pues no se suspende la actividad sino que se re-planifica y se asume a como de lugar. Hay fallas, pero saben oír y eso les hará crecer cuando las vacas dejen de ser flacas.

La calidez, el entusiasmo, la interacción humana, profesional y técnica estuvo presente en los espacios convencionales y de calle, en la comunidad y en el comedero. Hubo espíritu y camaradería. En fin… mi aplauso y mi felicitación porque ellos siguen aportando granos de arena al total del gran edificio cultural que este país espera ver. El teatro para niños, niñas y adolescentes aspira que acciones semejantes se den en cada uno de los estados año tras año con o sin la ayuda gubernamental.

En la Venezuela donde todos cabemos, el teatro es poderosa herramienta para crecer y ser mejores. ¡De eso no me queda la menor duda!

TKNELA DE AULLIDO

TKNELA DE AULLIDO

Por Carlos E. Herrera
critica@cantv.net

Semanario: “Todos Adentro”
Diario: Últimas Noticias
2 de septiembre de 2006


Un grupo referente del teatro infantil en Venezuela es, sin duda alguna, TKNela Teatro. Con tenacidad, consistente trabajo, capacidad de oír y revisar, persiguiendo una estética escénica e hilvanando un verificable discurso sobre los signos del imaginario del cuento, la dramaturgia universal y local, se han dado a la tarea de armar y mantener un espíritu de colectivo que está dejando surcos indelebles en el quehacer del teatro para niños y adolescentes.

TKNela ha rubricado diez años de fructífera existencia. No es un grupo del montón. Son una agrupación que piensa y siente las reglas del oficio y ha logrado constituir una abierta relación con quien lo ve en escena. He podido verlos crecer y estar ahí: donde se bate el cobre, que es la dinámica del teatro en espacios abiertos o convencionales, en comunidades desasistidas o en el marco de elitescas programaciones sin que hayan perdido su pasión por el arte, la búsqueda de la calidad y una persistencia en crecer.

TKNela se constituye y diversifica en una amplia familia; sin embargo, se les puede reconocer porque en tiempo y espacio se han verificado de forma homogénea tanto en su capacidad creativa como en sus respuestas artísticas. Desde Yuri Villegas (directora y gerente cultural), Denis Miraldo (dramaturgo, actor y músico), Diego Villegas (productor, promotor y técnico), Juan Martínez, Franceliz Rodríguez, Carolina Theis, Gustavo Taka, Juan Martínez —y amigos como aliados que, por espacio no puedo mencionar— han sabido asumir desde el más sencillo trabajo histriónico, el diseño, la realización, prensa e imagen grupal hasta funciones y relaciones con políticas estatales y municipales. Todo se resume a una cuestión: ¡el teatro es arte más allá de los medios materiales o políticos!

Su presencia aniversaria la han dejado de lado para estar en la escena. Esta vez con su decantado trabajo infantil “Lobito feroz”, texto y música original de Denis Miraldo y dirección de Yuri Villegas. Con ya más de 40 funciones están dando que hablar. Un magnífico montaje desde cualquier ángulo: artístico, conceptual, estético y técnico. Ya buena parte del país los está viendo y el reconocimiento es unánime: ¡son muy buenos!

UNA HISTORIA DEL OESTE

UNA HISTORIA DEL OESTE

Por Carlos E. Herrera
critica@cantv.net

Semanario: Todos Adentro
Diario: Últimas Noticias
Fecha de publicación: 3 de junio de 2006

La cartelera teatral presenta buenas alternativas de entretenimiento para los niños. Una opción esta siendo exhibida por Ensamble Teatral con su propuesta Una historia del Oeste, escrita a dos manos por Sergio Villamizar y Eduardo Gulino. Un espectáculo dirigido por Francisco Aparicio y que está en temporada en Escena 8, espacio que conforma una de las tres salas que del subcircuito teatral del este de Caracas.

Tomando como referencia las clásicas historias del lejano e indómito oeste, se armó un emblemático encuentro entre el bien (niños estudiantes y su maestra de escuela) y las fuerzas del mal (típicamente representados por vaqueros asaltantes de banco) pero replanteada para proponer desde el ángulo del género teatral infantil musical, un alegre como colorido divertimento que atrapó el interés de una chiquillería que, en la actualidad, se aferra al consumo de imaginarios algo estereotipados.

Quizás el tipo de recurso de lo que se cuenta como historia termine funcionándole más a los padres (mayores de cuarenta años) que a los infantes debido al masivo bombardeo de temáticas de ficción futurista imbuidas con referencias de sofisticadas tecnológicas o de argumentos donde aun pululan duendes, hadas gnomos e, incluso, argumentos donde lo ecológico es eje central y que es lo que más consume el infante. Sin embargo, Ensamble Teatral tomó el riesgo de asumir una trama que fue desechada por grupos y teatristas más apegados en estos tiempos a manejar argumentos más tradicionales. Este quedó enmarcado en el oeste norteamericano y aunque no sea del total manejo de la actual generación de párvulos, en el fondo personajes, situaciones y acciones son manejados con tino para dejar un positivo mensaje y exponer que cualquier fórmula es viable si existe rigor y creatividad en la propuesta final.

El esfuerzo de conjunto se afianzó en disponer un mensaje con asertiva disposición de todos los elementos que un buen espectáculo exige. De hecho se verifica un dúctil diseño escenográfico capaz de crear distintos espacios, buena juego lumínico, definición en el vestuario y sobre todo, atinada y acoplado trabajo actoral de todo el elenco tanto en lo coreográfico como en los niveles de composición de personaje que hace que el público salga satisfecho de esta divertida propuesta teatral. Ensamble Teatral sigue creciendo como grupo y ello lo expone en este espectáculo ¡Un aplauso en negro sobre blanco!

Baja el telón del Festival de teatro infantil José Gregorio Romero: ¡QUE VIVA EL TEATRO PARA NIÑOS!

Baja el telón del Festival de teatro infantil José Gregorio Romero: ¡QUE VIVA EL TEATRO PARA NIÑOS!

Por Carlos E. Herrera
Crítico teatral
Correo-e: critica@cantv.net
20 de agosto de 2006

Décimo día y final de fiesta de actividad ininterrumpida de la VIII edición del Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” que ha organizado de forma efectiva, contundente y diáfana, la Fundación Puertoteatro.

Ha sido una jornada con algunos altibajos pero, en términos generales, bastante positiva. Los altibajos no fueron de orden logístico organizacional sino inherentes a la fuerte inestabilidad climatológica reinante que incidió casi desde del jueves 10 de agosto en el normal desenvolvimiento de los horarios de las salas permanentes y de lo que fue la programación en espacios no convencionales en especial, los estipulados para comunidades descentralizadas de la ciudad de Barcelona y Puerto La Cruz como: Boulevard de Barcelona, Valle Verde, Guanta, Sector Agua Potable, Zona Rural del Municipio Sotillo, Parque “Andrés Eloy Blanco”, INAGER, Paseo Colón, Casas “Negra Hipólita”, entre otras.

No obstante, la perseverancia, tesón, empuje, buen ánimo, disposición para superar inesperados y buena tónica de camaradería ha sido factor estimulante para que un equipo artístico como técnico -en todos sus niveles- se haya encargado de darle luz verde para que baje el telón de forma exitosa a este soberbia vitrina de confrontación / exhibición del quehacer escénico para niños y adolescentes del oriente de país. Y afirmo que fue exitosa porque el respaldo del público fue asombroso en la gran cantidad de personas que asistieron motivados por factores promocional y no tanto publicitarios y por algo que logré determinar preguntándole a muchos niños y niñas como el ¿si sabían o no del festival y su programación? La respuesta deja algo en claro: este Festival está posicionado en el subconsciente colectivo del pueblo puertocruzano al igual que el Festival de Oriente. Siempre habrá que hacer un extra pero grandes y chicos asisten informados y con expectación.

No creo recordar —aparte del Festival de Teatro Infantil (FESTIN) y del Encuentro “Más allá de los cuentos (Canoabo, Edo. Carabobo) que organiza el grupo Tknela Teatro (abril de cada año)— que exista un evento que pueda aglutinar tanto a grupos, compañías e individualidades del teatro infantil nacional e internacional propiamente dicho como de otras manifestaciones, expresiones y géneros del hacer escénico reunidos para mostrar y compartir en armonía para hablar y discernir incluso, lo propio de este arte tan difícil como lo representa el teatro para niños.

En una próxima entrega, efectuaré no solo un balance más cerrado sobre lo que logré visualizar tras esta especial vitrina del Festival en cuanto a: consolidación y proyección del evento, su imagen y posicionamiento dentro de cada comunidad donde la programación llegó, el hecho de responder a los lineamientos que emana los entes gubernamentales como municipalización, desconcentración, masificación y democratización del hecho cultural, el impacto global en toda la región así como el impacto individual en cada uno de los que fueron testigos directos e indirectos del festival sino también aspectos propios a calidad artística de cada uno de los participantes, formas discursivas tanto en lo formal dramatúrgico como el lo respectivo a su escenificación, etcétera.

Para esta entrega comentaré lo visto al grupo de teatro infantil Teatrilandia (provenientes de Valencia, Estado Carabobo) quienes mantienen en su repertorio su más reciente propuesta teatral infantil Miguel Vicente Pata Caliente del dramaturgo y director Robert Thompson. Un autor que con buena disposición se ha propuesto indagar sobre lo propio nacional a través del cuento y las narraciones. Sus dos últimas piezas así lo han demostrado y estoy convencido que proseguirá tomando de lo nuestro no solo lo personajes típicos y populares sino que los ha sabido engarzar dentro de una fórmula escritural que tiene consistencia gracias a un lento pero consciente perfeccionamiento de estructura dramática donde cada situación y cada personaje tiene densidad, credibilidad y, en especial, ese toque con el “horizonte de expectativa” de quien habrá de ser su público: los niños, adolescentes y adultos.

Con Miguel Vicente Pata Caliente, Teatrilandia da un paso más en firme hacia la constitución de un grupo con aires de generar calidad en su respuesta artística ya que hay en la intención de su dirección, ajustar el detalle del empaque tanto de forma como de contenido, de ir solidificando una estética que se manifiesta en el empleo de las formas, uso del color, manejo del volumen, ritmo de composición, sincronía con el aspecto musical para transmitir o reafirmar los contenidos visuales, justeza y homogeneidad en la capacidad de cada actriz y actor al componer personajes de verdad y desempeñarse sobre la escena sin perderle la vista a esa gran interrogante de: ¿cómo mantenerlo animado? sino también como hacerle partícipe de una historia que va más allá de entretenerlo sino de colocarle un razonable dejo de reflexión.

Miguel Vicente Pata Caliente en una historia como la que viven muchos niños de la calle. Tanto su singular situación como la de su amiguito Chande. El tema y la trama se inspiran en la narrativa del afamado escritor venezolano, Orlando Araujo quien también aparece como personaje central y narrador omnisciente de lo que se nos cuenta y escenifica. El lado oscuro, de la maldad se tipifica tras el personaje –alegórico- de Sociedad. Su contraparte, el pueblo, lo encarna María Antonia. Unos y otros entran en juego para que los valores de una realidad social y cultural como la nuestra queden bien patentizados. Muy buen texto teatral.

La dirección de Thompson fue certera en la dinamización del espacio sobre un eje central escenográfico que cambia para ilustrar otros ambientes. Un astuto y bien coordinado empleo de muñequería, la gradación lumínica que genera atmósferas que van desde lo cotidiano a lo evocativo, que es capaz de apoyarse en el factor sensibilizante musical para que ese todo sea un melodrama con buenos momentos de comedia fue apropiado. Hay simpleza y eficacia, sustancia y magnetismo en este montaje y ello habla bien de la capacidad de la dirección para que no solo veamos un buen montaje sino para demostrar que Teatrilandia está creciendo y colocándose en un lugar privilegiado en eso que denominamos teatro para niños.

Las actuaciones en término de respuesta colectiva la califico de homogénea tanto en ritmo como en esa búsqueda de armar la eficacia de sus correspondientes interrelaciones. Hubo soltura y organicidad en casi todo el elenco. No hay sobreactuaciones ni acciones desmedidas. En lo individual fue grato presenciar tanto el desempeño compositivo de Beatriz Graterol en su papel de Miguel Vicente, el cual me indicó que esta actriz tiene una técnica bien dominada tanto en lo expresivo corporal como en la inflexión de la voz. Hay un personaje y no un trabajo técnico. Robert Thopsom caracterizando al literato Orlando Araujo estuvo centrada como aplomado; era como lo dije “un personaje omnisciente” porque era él quien construía la historia de Manuel Vicente y a un mismo tiempo se tomaba la libertad de ingresar dentro de su mismo artificio para fungir como policía o ese narrador que ve y recoge las impresiones de sus personajes y del público. Es un actor con presencia escénica. La mala de la historia (Sociedad) la encarna de manera súper convincente la actriz Francisney Fernández quien compuso de forma categórica la línea específica que su rol demandaba. Hubo en ella, confianza, seguridad en la actitud y con buen manejo corpo expresivo se ganó la animosa antipatía de la chiquillería quienes al final la aplauden porque le reconocen su excelente trabajo. El personaje de Chande, trabajado por Miguel García fue justo en el manejo de su potencial artístico, bien dosificado estuvo a las alturas del compromiso que le tocó encarnar; bien por él. Quizás el esfuerzo con menos rigor de estar en papel estuvo en manos de la actriz Fiorella Locantore; a ella de faltaba más verdad como para ser el actante opositor de Sociedad. Su energía estaba baja, había como algo que no la dejaba fluir con organicidad. Con más empeño y más conciencia de la escena podrá estar en justo equilibrio con sus compañeros de escena.

Con la presentación de Teatrilandia con este digno espectáculo de Miguel Vicente Pata Caliente en el marco de este Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” se pone de manifiesto que hay grupos que están diciendo que el trabajo creador para niños tiene buenos asideros. ¡Bravo por ellos!

TEATRO INFANTIL QUE EMOCIONA

TEATRO INFANTIL QUE EMOCIONA

Por Carlos E. Herrera
Crítico teatral
Correo electrónico: critica@cantv.net
19 de agosto de 2006


Ya estamos en la recta final de la VIII edición del Festival de teatro Infantil “José G. Romero” que ha venido desarrollando de manera contundente por la Fundación Puertoteatro en la región oriental del país. Haciendo una síntesis de balance tanto de los objetivos y metas así como de las deficiencias y logros, podemos afirmar que el saldo es positivo. La organización en su denodado empeño por cubrir toda contingencia técnica y logística ha tenido que guapear con los imprevistos, en especial, a lo que se supone las seguridades de apoyo derivado de la palabra empeñada por algunos de sus tres grandes patrocinantes; por ejemplo, ciertas contingencias en cuanto a materia de alojamiento que se le debía dar a la última oleada de grupos y artistas. Nelly Villegas y Pablo Ramírez han tenido que desdoblarse y doblar la moneda para que las respuestas sean dadas en lapsos perentorios con el objeto de que los amigos participantes no tengan un mal sabor de descortesía al momento de arribar extenuados, después de largas horas de viaje, y con la presión de tenerse que montar y presentar sus trabajos artísticos en horas.

Otro factor que escapa a cualquier evento de esta naturaleza -pero que siempre debe considerarse, ya que estamos en un país tropical con dos marcadas caras climatológicas- es el tiempo. Curiosamente, por estas tierras anzoatigüenses se está presentando el paso de una fuerte onda tropical que ha tenido en vilo a ciertas funciones. Pero contra mal tiempo, con el apoyo del equipo técnico, con la buena voluntad de los grupos y, especialmente, con el entusiasmo del público no ha sido suspendida ninguna de las actividades, en todo caso, posponerse o reprogramarse. La afluencia ha sido mediana y en otros casos, ha rebosado la capacidad de aforo de algunas salas o espacios no convencionales. En cuanto a lo pautado como actividad en comunidades desasistidas, me tocó observar que hay una comunicación efectiva y compartida de responsabilidades. Cada cual en lo suyo: la logística atendiendo los elementos de transporte, contacto con el encargado del espacio, el representante comunitario de llamar a los vecinos y niños, escoger el ámbito de representación, que al final de la función cada grupo reciba una atención y finalmente, retornar a la sede para continuar con lo programado.

Un detalle sobre aspectos organizativos que se deberían reflejar en lo concerniente a la vitrina de exhibición (para ésta como para el resto que he tenido la suerte de cotejar) estriba en el hecho de que si bien esta edición -al igual como las anteriores- debería establecerse una programación “oficial” solo orientada a que en ella sean incluidos y participen solo los pares del género “teatro infantil” como género y modalidad.

Esto supondría sopesar por ejemplo si lo que se articula en calidad de exhibición ¿va más allá del solo mostrar, ver y disfrutar? ¿Qué acontece en un lapso dado (mínimo un año) en cada grupo con respecto a si han generado nuevas propuestas? ¿Si se ha decantado su búsqueda estética y conceptual? ¿Si se ha establecido una profundización de la dramaturgia por ellos seleccionada con visual de línea selectiva y particularizada de temas y argumentos? ¿Si la plantilla directiva, artística y técnica junto a las destrezas creativas e imaginativas del director se ha optimizado? ¿Si se ha posibilitado una interacción grupo con otros grupos cuando haya un momento para la discusión / reflexión del alcance del tipo de compromiso que como compañía se debe de tener en el arduo quehacer escénico nacional? Ello debe ser contemplado y revalorizado de forma más densa ¡claro está, sin caer en ortodoxias denigrantes e intolerantes- por parte de los organizadores y que una vez que se haya entendido y asimilado esto, desligarlo de la efectiva complementación de lo que debe ser la programación global de cada evento (en este caso, el Festival) que se nutre del hacer artístico de entes y agrupaciones teatrales dedicadas, por ejemplo, al universo de títere y la marioneta, del mimo, de los cuenta cuentos, de los especialista en el ilusionismo, los clowns, etcétera, etcétera.

Son montajes y presentaciones que muy bien pueden exhibirse bajo el amparo organizacional de un Festival, pero no dentro de lo formal oficial de su programación, ya que hay un cierto desvirtuamiento de los fines y objetivos que un evento de sus características debe asumir, es decir, de la naturaleza per se de cada festival y de otras actividades multidisciplinarias que cobran vida a lo largo del año en distintos ámbitos geográficos del país. Recuérdese cuan “celosos” son los titiriteros cuando asumen la organización de actividades de sus propios festivales y encuentros ya que es inusual y “raro” ver en la programación de sus vitrinas de exhibición, las expresiones creativas generadas por el amplio como disímil cosmos del teatro para niños.

Creo que en una programación que plantea lo diverso así como lo plural (teatro infantil que se apoya con elementos circenses, de las marionetas, o de los muñecos) tiene que permitir la existencia de estancos de segmentación bien delimitados donde estas manifestaciones participen, se sumen y así darle mayor variedad a quien en definitiva la va a consumir: el público. Pero no olvidemos que es un festival que convoca a mostrar y cotejarse con sus iguales y si mezclo en una programación de teatro infantil, otras expresiones escénicas e, incluso, lo que hacen los “aprendices de brujo” del teatro como lo son los chicos y adolescentes que están tomando aliento en sus talleres juveniles de teatro, hará que la óptica desde afuera se vea algo así “como un arroz con mango”.

Debe existir un espacio y momento para cada cosa; pero, es mi opinión -muy personal por cierto- que “zapatero a su zapato” y que el teatro infantil en su segmentación de producción, circulación, exhibición y consumo de producto cultural tiene que entender que si entra bajo la acción de mostrarse -sea bien en una vitrina llamada festival, jornada o encuentro- debe estar claro en sus objetivos y fines: mostrarse, discutirse, analizarse y revisarse para seguir creciendo.

Si solo es cuestión de convocar a un público y armar un festival sin la capacidad de formar, discernir las fortalezas y debilidades pues será como un eterno recomenzar donde lo que importa es más lo exterior que lo interior del hecho de hacer arte efectivo, trascendente y con capacidad de superar los escollos que todos sabemos cuales son.

Hoy comentaré un montaje. El excelente y buen espectáculo ofrecido por el emergente colectivo Ceres que vinieron en delegación del Distrito Capital con la escenificación del texto Hasta el domingo de la dramaturga y escritora argentina, María Inés Falconi, que contó con la plausible puesta en escena del joven director y actor Eliécer Paredes. Esta agrupación sorprendió a todos (y cuando digo “a todos”, me refiero a directores nacionales e internacionales, algunos cabezas de otros festivales y a toda la masa de espectadores sean estos duchos o neófitos- con su decantado trabajo escénico, su capacidad de ceder concesiones al público y generar un producto sólido, cuidado en todos los ángulos teatrales que se les quiera observar.

Desde el programa de mano con un cuidadoso diagramación e imagen, pasando por la dramaturgia del objeto, la síntesis del ritmo de la puesta, la compactación de escenas, la respuesta compositiva de cada actor y actriz, las sutilezas de los elementos no verbales (iluminación, dispositivo escenográfico, vestuario y utilería) donde lo justo del color iba de la mano con una idea de generar atmósferas para sitúo con milimétrica disposición cada situación, cada relación personaje-personaje y que cada acción dramática se hilvanase en un todo con tenía peso y relevancia hacia la recepción del espectador.

La trama, bien sustentada por el grupo a pesar de que el mensaje temático sobre las consecuencias del divorcio y, obviamente la separación física- emocional y psicológica de los padres que observa y percibe la mente y sentir de todo niño sometido a esta dolorosa situación fue, sinceramente, punto álgido para algunos grupos que sienten o creen que esta pieza de Inés Falconi no es una dramaturgia para ser mostrada para ciertos segmentos de niños cuyas edades son menores de 7 años. En todo caso, la realidad de los tiempos es que muchos infantes insertos en las grandes urbes del mundo han visto, saben o han sufrido directa o indirectamente esta clase de situaciones. Así lo temático argumental de esta propuesta textual y su representación espectacular por parte del grupo Ceres está a tono con la realidad socio familiar en lo que va en el transcurso de los primeros años de este siglo XXI y que se verifica como penosa e inocultable realidad latente en el seno de cientos de familias e infantes dentro de cada una de las sociedades latinoamericanas que ven como sus núcleos familiares se fracturan por efectos del desgaste de un amor marital, ruptura matrimonial y posterior incapacidad de saberle comunicar este hecho a sus hijos.

De una u otra forma, el niño es y estará afectado por ello; ve como su vida se divide en dos espacios tanto físicos como emocionales y dado en ese ir y venir entre la casa de uno u otro de los padres. Sus necesidades podrán bien atendidas o desconocidas por alguna de las partes adultas pero es bien sabido que el niño (a) sufrirá y hasta en algunos casos tendrá que sopesar en su interioridad los vaivenes sentimentales y de amor filial, las querencias y anhelos haciendo que los sueños y aspiraciones queden escindidos. He allí que la figura y situación de ser un niño o niña como el que es que se nos dibuja como Lucía, el personaje de esta pieza, son parecidos a muchos otros con nombres distintos pero que viven hondamente toda esta carga conflictual.

La propuesta que mostró Ceres fue asertiva y detallista. Como grupo que irrumpe en el medio teatral ha sabido colocar las cosas de lo teatral en una excelente proporción. Ellos en su mayoría son alumnos de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela e, incluso, con formación en el Teatro Universitario EL Chichón. Su labor con Hasta el domingo no dejó que los linderos del melodrama se desdibujasen. No le propuso al espectador niño o adulto facilismo de risa, exageraciones maniqueas sobre esto o aquello de la situación conflictual del drama, hubo limpieza de movimientos, consistencia e hilación en la ruptura – unión de cada unidad de contenido, un buen tejido de escenas, habilidad en la ubicación unitaria de la atmósfera del montaje y así con otros elementos escénicos que fueron comedidos y pensados haciendo que la factura de forma y contenido fuese homogénea.

La respuesta compositiva dada por la plantilla actoral fue proporcionada, sin ambages, directa en intención tanto en lo que se debía hacer y expresar. Destacaron de forma individual, los papeles dados por Vera Linares (Lucía) y Dévorah Gomero (como Florencia, su íntima amiga), Daniel Salinas (el papá), María Carolina Rodríguez (la mamá) y del director, Eliécer Paredes (quien efectúo dos papeles: un jovial y divertido chinito mesonero pero que por momentos lo dejó algo en el aire y el de vieja), todos comedidos en lo técnico expresivo, con buen talante de escena y manejo de voz con matices que dieron verosimilitud a sus papeles. Un grupo nuevo con formación, ganas y una magnífica irrupción en lo que es la difícil tarea de ser profesionales. Como diría alguien: “¡aqueos y troyanos los aplaudieron por ser un grupo que convenció!”. ¡Excelentes!

TEATRO INFANTIL PARA REIR Y REFLEXIONAR

TEATRO INFANTIL PARA REIR Y REFLEXIONAR

Por Carlos E. Herrera
Crítico Teatral
Correo electrónico: critica@cantv.net
17 de agosto de 2006


A pesar de haber entrado en la octava jornada de la VIII edición del Festival de Teatro Infantil Infantil “José Gregorio Romero”, organizado de forma eficiente por todos el equipo logístico de la Fundación Puertoteatro en las ciudades de Puerto La Cruz y Barcelona, el calor del público sigue colocando una alta temperatura a todas y cada una de las funciones pautadas en su rica programación que arranca, día a día, con presentaciones matutinas hasta culminar a las 7:00 p.m. en los espacios de la Sala “Ricardo Lombardi” del Complejo Cultural Puerto La Cruz como punto central de este magnífico evento para todos nuestro niños, niñas, adolescentes y adultos que posean un corazón eternamente lleno de ilusiones, sueños y esperanzas.

Comentaré para esta nota, lo exhibido tanto por el grupo de títeres argentino-peruano Babalawos con su obra: ¿De quién son los juguetes?, así como lo ofrecido por el colectivo titiritesco neoespartano Tín Marín con su montaje Perucho y el collar de perlas, ambas visualizados en la Sala “Ricardo Lombardi” del Complejo Cultural de Puerto La Cruz (Ateneo y/o sede de Puertoteatro). Dos sencillos pero lucidos espectáculos que hicieron sonreír y hasta a poner a pensar a los chiquitos tras el discurrir de sus respectivos argumentos.

El mundo del títere tiene diversas modalidades, formas técnicas e incluso, una dramaturgia muy propia. No es nada fácil asumir o creer que ser un creador de esta disciplina es cosa de “soplar y hacer botellas”. Se requiere tener una sensibilidad, una formal preparación, entender que mientras más técnicas se aprehendan, comprendan y empleen será en beneficio de construir tal o cual espectáculo. La destreza y la experiencia vendrán con el pasar del tiempo. No discurriré en una historia del género pero enfatizaré que ser manipulador de títeres es sumergirse a tiempo completo en un universo tan fascinante como complejo el cual opera de forma autónoma o que puede integrarse -con audacia e inteligencia- dentro de montajes profesionales de teatro infantil. Si ello es así, los linderos se suman y el resultado tiende a optimizar la proyección significante de mensajes, de la trama y/o del mero hecho de entretener solo con el horizonte fijo en saber que esas decenas de niños que son convocados en una jornada diurna o vespertina estarán sentaditos sea bien cómodamente en una platea, bajo el sol en una calle o plaza mirando y expectantes ante un tinglado improvisado o sorprendidos ante esos maravillosos teatrinos dentro de los cuales habrá de surgir y accionar a sus anchas el títere (de guante o varilla), la marioneta, el guiñol o, los divertidos muñecos entre otras muchas fórmulas técnicas derivadas del ingenio de cada grupo o individualidad artística.

TIN MARIN ETERNO
Hace años que he sabido de dos excelentes profesionales del género del títere como lo son: Omar Galbiati y Valerie Pelegrín. Diestros y depurados en su técnica la cual se armonizan de forma sincrónica, llenos de callada alegría que se expresa en su trato hacia quienes les conocen y hacia el público que les ve actuar y que transfieren casi de forma osmótica, muy naturales a cada pequeño títere que manipulan decidieron expresarse en su muy bien armado teatrino, la farsa épica Perucho y el collar de perlas inspirada en textos del escritor José Joaquín Salazar Franco –mejor conocido en la región insular margariteña como “Chegüaco”- y que sería considerado por el teatrista y dramaturgo de títeres Daniel Di Mauro como expresión de un fábula donde el color local, las creencias y lo autóctono de la región margariteña queda refrendado en personajes que sobre sus acciones rubrican el signo temático del agradecimiento.
La soltura expresiva de la historia quedó firmemente codificada tanto en lo lúdico de las fuerzas que se oponen -el bien versus el mal- pero sin rebuscamientos ni exageraciones. La trama queda articulada con eficacia y brillo gracias a un acabado trasfondo no verbal (la imagen de los telones que cambian con agilidad creando no solo el soporte para cada escena sino la ambientación de cada situación; así, el decidido e intrépido “Perucho” busca un legendario collar de perlas que nadie había encontrado y se lo ofrenda a la Virgen de La Asunción para que esta le conceda la recuperación de salud de su madre Ña Berenice”. Perucho deberá vencer a extraños seres que se interpondrán en su camino como el “Chivato”, la “Culebra Melenuda” y el mismísimo demonio, encarnado en el personaje de la “Chinigua”. El bien triunfa, Perucho logra su objetivo, se casa con su amada Ana Matilde y fin de la historia. Los niños agradecidos, ríen, -piensan- y aplauden. ¡Bravo por Tín Marín!

TÍTERES BABALAWOS
Una muy buena integración binacional (Argentina y Perú) se expresa en la alianza creativa titiritesca y de muñecos, una joven y dúctil pareja creadora (Héctor Edgardo Carrizo y Gladys Mamaní) que son exponentes de lo mejor de la juventud y personalidad latinoamericana integrando el grupo Babalawos Teatro de Muñecos decididos a que ese “milenario arte del teatro de títeres” sea explorado, difundido y dado a saborear en disímiles entornos sociales y geográficos de nuestro continente.

Arriban así, cargados de ardoroso entusiasmo al aquí y ahora de este dinámico Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” para expresar no solo compromiso, solidaridad y ganas de hacer en la escena de su transportable teatrino sino seguir expandiendo las rutinas, profundizando los argumentos, comunicando a quien quiera verlos y oírlos, esa simpáticas como jocosa historia donde el negrito “Chocolatín”, un Rey Mago -bastante ancianito y algo despistado que debe repartir sus juguetes a los niños de una ciudad-, un malvado pero a la vez llano pirata de nombre “Parche Verde” que quiere robarle esos juguetes navideños y quizás el héroe de la historia: el personaje representado por Vladimir (un marinero ruso) y un temible lagarto que de malo se pondrá a favor de los buenos para dar al traste con las infames intenciones del pirata.

Babalawos se ganaron la admiración, simpatía y una fuerte ovación de quienes lo vieron ejecutar su tinglado. De mi parte solo les diría que quizás un poco de mayor acabado en la imagen de este dispositivo, con más colores o formas que ambienten cada escena sería un pluss que potenciaría cada situación. Sobre la técnica se observa que la manejan. Hay buena dicción y proyección de la voz, así como acorde matización. Fluidez, ritmo, rapidez de accionar son rasgos que hablan de que dominan el arte. Me gustaría verlos a futuro explorando y trabajando otras temáticas y base argumentales para ver detallar si hay evolución hacia el crecimiento. Por ahora, ¡un aplauso por su sincera capacidad de comunicación y empatía con el público anzoatigüense!

FIESTA INFANTIL EN MOVIMIENTO

FIESTA INFANTIL EN MOVIMIENTO

Carlos E. Herrera / Crítico Teatral
Correo-e: critica@cantv.net
16 de agosto de 2006

Séptimo día de la fiesta en movimiento y jolgorio que se emana desde varios puntos del Festival de teatro Infantil “José G. Romero” que copa la atención de gran parte de la ciudad de Puerto La Cruz (Edo. Anzoátegui) organizada por todos y cada uno de los miembros activos y jóvenes estudiantes nucleados bajo la Fundación Puertoteatro.

Debía un breve comentario a los colectivos que realizan la exigente técnica del universo de los títeres. Desde hace ya algunos días en lo que ha sido la diversidad programática de esta VIII edición del festival, tuve la excelente suerte de constatar el trabajo creativo y armónica compenetración artística del grupo neogranadino Asociación Pequeño Teatro de Muñecos que, provenientes de la ciudad de Cali (Colombia), han estado presentando en diversos espacios (Sala PDVSA; Sala “Ricardo Lombardi” y del grupo de Títeres Al Revés) así como en ámbitos especiales como el Hogar Adulto Mayor “Tomás Moro” su espectáculo El muchas patas volador el cual está inspirado en el cuento del escritor cubano, Onelio Jorge Cardoso.

Bajo la dirección artística de Gerardo Potes y secundado por Leonor A. Pérez se conforma una dupla que con desenfado escénico, ductilidad en la manipulación de los títeres, acoplado ritmo y entrega sincronizada, exponen la fábula de un joven cangrejillo que desea hacerse independiente y desconoce el valor del consejo de su viejo abuelo el cangrejo mayor. En su obcecada desobediencia y deseo de abrirse a la aventura se hallará con dificultades hasta encontrarse con una particular ave llamada Olococo, el cangrejito no solo podrá salvar su caparazón de los peligros del mar sino que adquirirá un preciado regalo: el poder volar. Con la sencillez y encanto de la palabra que crea situaciones, con la seducción de movimientos bien pensados, con títeres vistosos en su confección y bien manipulados, se arma una atmósfera encantadora que atrapa al más duro de los espectadores y lo impele a ser de nuevo un curioso niño alelado con las aventuras hiladas tras esta escenificación de El muchas patas volador.

Si bien la propuesta no agrega muchos elementos y por momentos parece estar en cierta medida algo monótona debido a no ahondarse el clímax y anticlímax, la capacidad de compromiso para ser lúdicos y proponer una efectiva comunicación con las decenas de receptores, es realmente muy buena.

Como colofón a esta entrega daré un fuerte reconocimiento a la solvente capacidad histriónica y dúctil versatilidad del artista Mister Mimo (Joel Medina) quien con su desenvuelta capacidad técnica, hábil manipulación gestual, corporal –y evidentemente de manos- hace del ilusionismo, una carta extra en su repertorio de trabajo creativo generando en grandes y chicos, esa sensación de que la magia fluye por doquier. Joel Medina es, a carta cabal, un hombre de tablas. Su entrega se diversifica no solo actuando ante cientos de espectadores aglutinados en disímiles espacios sino que se ha verificado por años como entregado técnico que, tras bambalinas se ha sumado a muchas festivales y grupos que hacen vida teatral a lo largo del país, sumándose para que el hecho del arte teatral esté en su punto. ¡Si Joel Medina se clonara por mil, el teatro venezolano tendría siempre seguro el compromiso de no tener ningún cabo suelto! Su propuesta de El aprendiz de mago compromete al espectador a descubrirlo en su faceta didáctica y su desenvuelta manera de armar un todo sugestivo y magnético. ¡Un fuerte aplauso para él!

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Si desea conocer más sobr la labor de El pequeño teatro de muñecos, visite su página web:
http://www.telesat.com.co/ptmcasatiteres/

VIII edición del Festival de Teatro Infantil José G. Romero : TIPS ESCÉNICOS

VIII edición del Festival de Teatro Infantil José G. Romero : TIPS ESCÉNICOS

Carlos E. Herrera / Crítico Teatral
Correo-e: critica@cantv.net
15 de agosto de 2006


Sexta jornada de la VIII edición del Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” que organiza la Fundación Puertoteatro. Las actividades han sido disímiles en la oferta de productos espectaculares como títeres, marionetas, mimos, y propuestas circenses en salas como espacios no convencionales de distintas áreas e instituciones sociales de esta calurosa ciudad oriental.

Incluso, la organización fue capaz de indexar un especial plus escénico dirigido para adultos con la escenificación de la obra: Un singular baño de caballeros escrita y dirigida por Pablo Ramírez. Montaje que integró a casi la totalidad de las mejores promesas del elenco juvenil quienes junto a figuras del elenco estable de Puertoteatro siguieron con su exitosa representación a pleno total de público en la sala “Ricardo Lombardi” demostrando que con la solvencia técnica, un exultante trabajo de composición histriónica y magnífica comunicación escenario – platea, arrancaron efusivas risas y hasta alguna cara de sorpresa reflexiva en la aprehensión del fondo temático argumental de este incisivo montaje.

En todo caso, se ha podido constatar la sincera aceptación y solidez de imagen del evento que ya está posicionado en el saber de los habitantes portocruzanos de lo que significa una actividad dirigida al sector infanto-juvenil regional y que, obviamente, ha generado esa alta cantidad de personas que día a día asisten a las pautas de programación que tienen que ejecutar tanto los grupos nacionales, locales e internacionales.

Dentro de los espectáculos infantiles debo darle aplauso al divertido e ingenioso estreno que realizó el grupo barcelonés La Puerta Laboratorio Teatral que dirigido por la inquieta y trabajadora Yhajaira Gangoo conformó para delicia de propios y extraños El circo sin nombre donde confluyen en un armado de animados skechts, elementos como sombras, juegos tipo clown, algo de acrobacia, toques de ilusionismo, elementos de caracterización y situaciones lúdicas que entretenían con su poder mágico de convocación de gestos y acciones al público sino que la propuesta se mostraba como un elemento comunicante bien significativo con la concurrencia. Vimos como la eficacia de los integrantes de este colectivo supo granjearse la simpatía y agrado de todos sin excepción. A pesar de asumir el riesgo de estrenar en el marco de este Festival, el resultado fue satisfactorio; sin embargo, el mismo puede ser optimizado en ritmo interno, ligazón entre cada skecht y darle más gracia individual a algunos integrantes. Con todo, saludamos las entregas actorales dadas por un joven elenco conformado por Argenis Ciriaco, Creisleidy Monroy, Fabiana Ortega, Raúl Barrios, Vanesa Hernández, Yohana Ranuarez, Yosibeth Sánchez, Whiliady Cañas, Wilfredo Sierra y Williams González. Incluso, el dispositivo escenográfico ideado por Luís Dimas y la sencilla sumatoria del diseño de vestuario y maquillaje de Miguel Salazar apuntala la unidad expresiva no verbal y de compactación del espectáculo.

La Puerta Laboratorio Teatral imaginativas posibilidades creativas y artísticas sobre el universo de lo circense. Hay en ellos formación, pasión y sentido social. Merecen ser apoyados por toda la comunidad de Barcelona y zonas circunvecinas. Un trabajo digno de haber estado dentro de esta edición del Festival de Teatro Infantil “José G. Romero”. ¡¡¡Que siga la fiesta!!!

De todo un poco en el FESTIVAL DE TEATRO JOSÉ G. ROMERO

De todo un poco en el FESTIVAL DE TEATRO JOSÉ G. ROMERO

Foto de Johan Rohas, tomada del diario El Tiempo
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Por Carlos E. Herrera / Crítico Teatral
Correo electrónico: critica@cantv.net
Publicado en: El Tiempo
Sección: Tiempo Libre
Fecha: 14 de agosto de 2006

Transcurre de forma dinámica la programación pautada dentro de la VIII edición del Festival de Teatro Infantil “José G. Romero” que organiza acertadamente la Fundación PuertoTeatro tanto en su sede como en espacios comunitarios de Puerto La Cruz, Lecherías y Barcelona. Un detalle enaltecedor y que insuflado a grupos visitantes y locales ha sido la excelente acogida dada por el publico anzoatigüense que ha abarrotado más allá de los aforos determinados por la organización de este importante evento dirigido a los niños, niñas, adolescentes e incluso, adultos de la tercera edad. Buena atención logística y programática, obras para todos los gustos, entrega humana y artística tras la presentaciones de los distintos grupos y compañías provenientes de siete estados y dos colectivos internacionales. En sí, el calor local se ha difuminado con la alta temperatura que emana de los aplausos de todos por igual.

Dentro de los visto me ha parecido muy buena la entrega creativa y artística de jóvenes promesas de la actuación integrados tanto en el Taller Juvenil de Teatro de Puerto la Cruz que mostraron la propuesta El diamante carmesí dirigido por Pablo Ramírez en cuya fábula de tres caballeros que enfrentan los malévolos poderes del mal buscan el amor de un princesa. Con un concepto colorido en los diseños escenográficos, de vestuario e iluminación, ágil planta de movimientos que supo sacar energía y empatía a la música y con un desenfada respuesta de composición de personajes, se ganaron las sonrisas de grandes y chicos. Descollaron en sus papeles María Hidalgo, Damiro, Laya, Gustavo Noriega, Marjori Acosta, Greudelis Gómez, Alejandro Villa, Marlyn Acosta, Juan Carlos Acosta, Enrique Márquez y José Alvarado. A pesar de evidenciarse altas y bajas técnicas es inobjetable que estuvieron entregados a lo suyo, disfrutando y haciendo disfrutar a todo el público que pleno la sala “Ricardo Lombardi” del Complejo Cultural Puerto a Cruz.

También de este grupo, la exhibición de la pieza Amores ratones de Romeo y Julieta en horario vespertino cuando una platea pletórica de chicos y abuelitos se regocijaron con la desenvuelta y frescas actuaciones de José Gregorio Hernández, Gustavo Noriega, Alí Flores, Margot Celma, Stefany Palacios, Enrique Márquez y Damira Laya descollaron con fuerza escénica tanto en lo técnico de manejo de voz, expresión corporal y en lo justo del actor con el personaje al componer buenas caracterizaciones que dejaron entrever que la formación sistematizada de las nuevas promesas del teatro oriental tiene sentido y asideros que se constatan tras la labor perseverante y continuada de la Fundación Puertoteatro.

Pablo Ramírez es sin duda, un hombre perspicaz, honesto y que sabe estimular a quienes han pasado por las exigencias de sus talleres. Cada producto teatral más allá de sus fortalezas o debilidades, de sus alcances estéticos y conceptuales plasma un sello indeleble en lo que pronto habrá de ser las generaciones de relevo. Un aplauso en negro sobre blanco tanto a Puertoteatro como a los juveniles forjadores de sueños e ilusiones que conforman su Taller Juvenil que, con su esfuerzo artístico, exultante animosidad creativa y constancia formativa, se evidencian como un prometedor semillero de un mejor país cultural.

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Otro artículo relacionado con esta pieza:
Título: El Ateneo Cecilio Acosta ofreció un diamante a los niños
Escrito por: Rosimer Arcia
Publicado en: El Tiempo
Sección: Tiempo libre / Tablas
Fecha: 14 de agosto de 2006
URL: http://www.eltiempo.com.ve/noticias/default.asp?id=82701

¡LEVANTO EL TELON DE FIESTA INFANTIL EN PUERTO LA CRUZ!

¡LEVANTO EL TELON DE FIESTA INFANTIL EN PUERTO LA CRUZ!

Por Carlos E. Herrera / Crítico Teatral
Correo electrónico: critica@cantv.net
Publicado en: El Tiempo
Sección: Tiempo Libre
Fecha: 11 de agosto de 2006

La acción que toma vida tras las palabras, el sueño que convoca imaginarios, la pasión tras cada gesto, la capacidad de seducir con mil y una historia será tan solo una parte del inmenso bagaje de regalos que se ha venido entregándoseles a los niños de la ciudad de Puerto La Cruz cuando levantó de forma éxitosa y con aforo pleno, la VIII edición del Festival de Teatro Infantil “José Gregorio Romero” que organiza el colectivo Puerto teatro tanto con su vistoso desfile inaugural como con las distintas actividades dancísticas y teatrales que se programaron en su sede de la sala “Ricardo Lombardi” del Complejo Cultural Puerto la Cruz en la bien conocida ruta de la avenida Municipal.

Tras los distintos “corre y corre” que toda logística y planificación de un vento de esta naturaleza –recordemos que este festival se estará realizando hasta el 20 del presente mes en una diversidad de espacios convencionales y abiertos de la ciudad como, por ejemplo: la Sala PDVSA, Casa Don Bosco, Sala Arlequín, Ateneo “Cecilio Acosta”, Hogar Adulto Mayor “Tomás Moro", INAGER de Barcelona, bulevares, plazas y comunidades, el equipo organizador conformado por dos personalidades del teatro anzoatigüense y nacional como lo representan los teatristas y creadores el director y poeta Pablo Ramírez y la dramaturga y directora, Nelly Villegas junto a un incansable y dinámico equipo han tenido que sortear y superar no solo los imponderables propios de de esta ya reconocida fiesta del teatro infantil del oriente del país sino también levantar la vista al cielo y guiñarle un ojito cómplice a Papa Dios para que las nubes del mal tiempo siguieran su curso.

Es de hacer notar que la acción de activar anualmente un Festival de Teatro Infantil de estas naturaleza capaz de convoca a colectivos, artistas y hacedores de sueños de nuestra país y de otras latitudes latinoamericanas, dice mucho en sí mismo. Esta VIII edición del Festival de Teatro Infantil “José Gregorio Romero” da cabida a más de 20 agrupaciones y delegaciones de Colombia y Argentina. Con el respaldo del Instituto de Artes Escénicas y Musicales (IAEM), la Dirección de Cultura de la Gobernación del Estado Anzoátegui y PDVSA entre otras, la tarde / noche del Jueves 10 vimos como la sala “Ricardo Lombardi” (sede del grupo Puerto Teatro) se abarrotó para mostrar la representación escénica dada por el grupo valenciano Dharma Teatro con su jovial pieza El pobre cucarachero versión del cuento de Antonio Arráiz.

Este grupo, uno de los más activos de la región central del país y con una zaga creativa verificable desde 1995 bajo la tutela de su director, Antonio Marrero mostró uno de sus montajes de repertorio como lo es la historia del pequeño lugar donde animalitos humanizados entretejen situaciones y sencillos conflictos donde el infante pajarito cucarachero tiene que sortear los caracteres de otras especies en la búsqueda de su sitio dentro del reino animal. Un texto que debe ser revisado tanto en su estructura interna como en la exposición de situaciones y conflictos. Lo esencial estriba en reajustar lo argumental lo cual deja poca base de comprensión de ¿de dónde viene este joven pajarito? y ¿qué desea? dejando que las escenas alternas diluyan lo específico desde donde armar una línea de trama.

La puesta dada por Marrero apeló al musical como fórmula expresiva teatral. Fue aceptable la entrega de la plantilla actoral en generar una dinámica en cada segmentación del montaje. Sin embargo, la dirección debió pulir el esfuerzo individual como colectivo a fin de generar una compactación de unidad de acción y potencia grupal. Apelar a lo visual no basta. Se necesitaba más cohesión y síntesis del grupo artístico en general en su búsqueda de atrapar la atención del público, quien sin reparar en esto, sencillamente aplaudió con buen ánimo lo ofrecido como espectáculo. La producción de El pobre cucarachero estuvo justa en sus términos de formas técnicas generales ya que hay un trabajo de diseño en la ambientación escenográfica y de banda sonora. Debo acotar que si se pule el acabado del vestuario, los juegos de zonificación lumínica y dar consistencia de ritmo al aspecto coreográfico, este producto luciría ciento por ciento impecable.

En relación a los trabajos de composición de personajes, manejo técnico del cuerpo, proyección gestual y vocal, chispa en la interacción de cada situación fue dada por las entregas de Dayana Colombet, Fernando Lozada, María Claudia Rodríguez y el chico, chisposo Ledwyn Muñoz quienes con desparpajo y energía, sacaron positiva fuerza y proyección a sus interpretaciones.

EL POPOL VUH

<strong>EL POPOL VUH</strong>

Por Carlos E. Herrera


Semanario: Todos Adentro
Diario: Últimas Noticias
Fecha de publicación: 4 de marzo de 2006


Una de las instituciones culturales que ha sabido mantener con claridad qué ofrecer al consumidor teatral infantil ha sido el Teatro Trasnocho. He sido testigo que su programación comercial alterna propuestas para niños y niñas con espectáculos para adultos de forma equilibrada. La escogencia de los montajes me indica sagacidad, perspicacia y tino para balancear montajes que, por deben ostentar buena producción del producto, solvente respuesta artística del conjunto histriónico como técnico y los palmares que hayan obtenido. Esto se convierte en directrices a considerar por Moisés Guevara al momento que tal o cual montaje deba ser contemplado como alternativa para estar activo dentro de su rutilante marquesina.

En esta oportunidad cuentan con el atractivo espectáculo El Popol Vuh. Una versión de Xiomara Moreno y producido por Xiomara Moreno Producciones que cosechó –de forma indiscutible- no solo el Premio Municipal de Teatro 2005 sino que se adjudicó varios Premios del FESTIN que organizó el Teatro Infantil Nacional (TIN). Sobre el ancestral mito de la creación del mundo y del hombre maya, este colectivo tomó una de sus historias más universales como fue la del Popol Vuh para recrear de manera inteligente, pertinente y sobria un texto / versión donde se substanció la complejidad testimonial de una de las civilizaciones precolombinas que legó al hombre occidental parte de su mitos y pensamientos cosmoreligiosos plenos de ceremonias donde los dioses crearon a la especie humana y que para el mundo náhuatl se crearon a partir del maíz.

Siendo una versión, no hay omisión desvirtuadora ni alteración de la historia que se le narra y escenifica al expectante público; tampoco se desdibujó la fórmula original del mito cosmogónico maya, más bien, al compactarlo se estimuló la posibilidad artística de la dirección de Javier Moreno a fin de extraer lo esencial y conjugar una puesta en escena que tuviese medios y fortalezas significantes que ayudasen a que la capacidad de atención del infante o del joven quedase atrapada en un juego bien articulado de formas, acciones y lúdica interpretación lograda por el sentido de composición de papeles que dieron con tino Nelson Lehmann, Julyar Delgado, Roberto Romero, Héctor Castro, Walter Serrano, Raúl Hernández, Gloria Soarez y Valentina Castellanos. El Popol Vuh es un montaje que debería mantenerse en cartelera el mayor tiempo posible e, incluso, ser considerado por otras instituciones culturales una vez que concluya su temporada en el Teatro Trasnocho ¡Es un espectáculo magnífico en todo sentido!

critica@cantv.net

Para más señas... EL QUIJOTE

<strong>Para más señas... EL QUIJOTE</strong>

Por Carlos E. Herrera

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Semanario: Todos Adentro
Diario: Últimas Noticias
Fecha de publicación: 3 de marzo de 2006
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En el marco de la celebración de su vigésimo octavo año de vida artística, el grupo El Chichón de la Universidad Central de Venezuela festejó con doble propósito: primero, el hecho de ser uno de los grupo infantiles con mayor arraigo en el quehacer escénico universitario; segundo, por continuar otorgándole relevante importancia a uno de los textos más universales de la lengua española como lo representa el clásico El Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes que, en esta oportunidad se presentó bajo una eficaz versión que sintetiza de manera eficiente esta primera novela moderna de la literatura universal.

Lo específico y especial de este espectáculo escénico para grandes y chicos es que fue asumido de forma amena, didáctica y con un alto sentido de conciencia ya que no solo se aplicó a componer sobre la escena el hecho de lo teatral sustentado en correctas actuaciones donde la pantomima y el empleo de efectos escénicos sencillos lo apuntala sino que está pensada para que sea contemplada por un público muy especial, es decir, que el esfuerzo tanto de puesta como de actuación fue elaborado y emitido sobre el lenguaje de señas –propio de las personas con discapacidad auditiva y así apuntar cinco escenas esenciales de esta pieza universal.

Contando con la integración de un joven elenco encabezado por la asertiva dirección de María Fernanda Romero logró que el montaje proponga un puente de comunicación con una infancia que, por razones naturales no pueden seguir auditivamente la hermosa historia de Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza. Aplicando con tino lo elemental del recurso espectacular se hizo énfasis sobre la labor de composición de ritmo, expresión gestual, manejo corporal, situaciones lúdicas así como el empleo de recursos expresivos para que la plantilla actoral compuesta por María Fernanda Urrutia, Ibel Sierra, Lisbeth Nuñez, Armando García y de la propia directora atrapasen la atención y entusiasmo de decenas de corazones de un concurrido aforo que, muy en el fondo son fieles “chichoncitos” que supieron agradecer el esfuerzo creativo que este excelente colectivo les ofrece año tras año.

El personaje imperecedero del Quijote y sus aventuras idealistas suman más de cuatro siglos de haber sido gestados por el “manco de Lepanto” pero que aun es materia prima para que grupos y creadores de todas las latitudes lo glorifiquen en proyectos de toda índole. Uno de ellos con sentido humano y social ha sido El Chichón. Por eso su lema: “Duro y a la cabeza”.

Correo electrónico: critica@cantv.net

MAULLIDOS EN ESCENA

<h1>MAULLIDOS EN ESCENA</h1> Por: CARLOS E. HERRERA
Fuente: Arumbear.com

La cartelera escénica infantil se nutre con buenas alternativas en este mes de Mayo. En el teatro Escena 8, el grupo Ensamble Teatral propone su espectáculo musical Gatos, simplemente gatos texto original de Carlos Ruttia y puesta en escena de Francisco Aparicio. La búsqueda argumental del autor incide en el punto de la discriminación y la inflexión sobre la soledad. Una fábula que discurre a través de las situaciones que van desarrollando un trío de gatos que, en una cierta época de sus vidas vivieron con tranquilidad hogareña y ahora ven como las mismas son trastocadas hacia el incierto con la presencia de nuevos y atractivos felinos de razas angora, siamés y persa que por medio de sus singulares atractivos seducen a los viejos dueños y empujan a desplazar a la calla a los gatos comunes.
De allí, el choque y las circunstancias y la revancha.

Al final, gatos callejeros y de raza verán que los valores que hilan la vida y comportamiento no deben apegarse ni sesgarse por una condición ni apariencias sino que deben de estar apuntalados en la mutua solidaridad de saber crear una sólida base existencial para vencer el viejo tema de la soledad. Esperamos que la dramaturgia de Ruttia siga manejando con más profundidad tanto temas como argumentos y apegarse a que las formas discursivas y los conceptos de fondo no se queden en lo meramente exterior.

Por ahora, esta pieza es un saludable intento que la aplaudimos pero esperamos siga decantando en beneficio no de lo espectacular sino de una manera de concebir nuevos canales de entender las viejas o nuevas ideas sobre un mundo en permanente cambio y que tanto el potencial lector / espectador (sea niño o adulto) lo reciba y haga positiva conexión con eso que es la realidad que aunque dura e inflexible puede ser tratada de forma amena y con visos de alegría y esperanza.

Gatos, simplemente gatos la califico como una propuesta teatral que divierte indistintamente al público sea este experto o neófito. Tiene su encanto y frescura muy particular. Es el producto de un colectivo humano y artístico sumamente serio como trabajador que ha ido creciéndose en los retos y sobre las exigencias del teatro comercial.

Gatos… exhibido por Ensamble Teatral es la demostración de cómo se puede aspirar hacia lo grande y generar energías para mantenerse sobre las tablas fuese cual fuese el espacio. Esto lo han venido demostrado desde que estrenaron este montaje en los espacios de la Casa del Artista desde finales del mes de marzo hasta la fecha presente en el espacio de la Sala de Escena Ocho.

Gatos, simplemente gatos es un espectáculo que insinúa goce y juego interno que va más allá de cualquier postura a rajatabla de los reclamos de ciertos ortodoxos del teatro infantil sobre lo que se debe mostrar sobre la escena o sobre lo que algunos (incluido mi persona) piden críticamente deba ser respuesta a las demandas del tiempo actual para el teatro infantil venezolano. Es un montaje que es desenfadado y justo en su ser de producto.

Siento que grupo y montaje tienen gancho y espíritu. Logran divertirse e involucrar al público. Es un colectivo que se ha sabido montar sobre "el burro" del compromiso a fin de generar este "riesgo artístico" y de poner lo mejor de si para que haya una plausible factura de su producción -especie de fastuoso espectáculo al estilo "Broadway"- que podría ser revisada más en el fondo que en la forma debido a que se desaprovechan hasta cierto grado la incidencia de la plantilla actoral con los volúmenes escenográficos haciendo que ciertos elementos queden un tanto desaprovechados. También porque tanto su ágil coreografía (Adriana Calzadilla) como su pegajosa música se sienta algo superficial y porque la desenvuelta actitud interpretativa del grupo en total pudo haber sido más compacta de lo que es, es decir, sacar más fluidez y entrega de los actores medios y noveles en vez de centrar el esfuerzo compositivo sobre histriones - directivos cuya veteranía nadie pone en duda, pero que se les nota la pesadez de sus cuerpos a la hora de armar e interactuar situaciones y movimientos.

En todo caso, es un montaje donde vemos gatos "callejeros" y gatos de raza interpretando un periplo argumental y artístico derivado de la entrega de más de veinte actores ataviados con un particular vestuario y un insinuador maquillaje (Carlos Ruttia), con la coloratura de un diseño lumínico que enfatiza situaciones (Francisco Aparicio) y con atractivas canciones (Sergio Villamizar) generan dinamismo con el solo propósito de cohesionar un sentido global de escena que cree algarabía, especialmente en el niño espectador.

Ensamble Teatral sigue indagando y apostando por fabular y sustanciar su entendido de hacer teatro infantil. Su perspectiva no la calificaremos de buena o mala sino de consistente. Ellos lentamente van tomando una ruta que ahora al parecer esta teniendo norte hacia los linderos de lo grandilocuente. Es su fórmula y detrás de ella un grupo y su aventura de creer en el teatro infantil nos habla de una necesidad expresiva y escénica. Ojala sus búsquedas teatrales no se les vaya de las manos. Una cosa es pensar y hacer teatro con sentido de gran espectáculo y otra más difícil es saber satisfacer las expectativas del público que les sigue como de aquel que los confronta por vez primera y que en más de los casos está habituado a las distintas corrientes de calidad y esfuerzo escénico que se exhibe en otras agrupaciones. ¡¡¡El maullido de estos singulares gatos es que pensemos que se puede vencer a la soledad!!!

critica@cantv.net

LA CENICIENTA DEL ATENEO DE CARACAS

<strong>LA CENICIENTA DEL ATENEO DE CARACAS</strong> ATENEO TEATRAL ¿COMERCIAL?
Por: CARLOS E. HERRERA
Fuente: Arumbear.com

(Fragmento)

(...)también opera con una tónica comercial y orientado al segmento infantil, juvenil y adulto el hecho de llevar a la luz de la escena un clásico de la cuentística universal como lo representa

La Cenicienta.

Es una apuesta en grande y por lo grande en materia tanto de reconocidos personalidades de la farándula, de la belleza y de la actuación donde no hay reparos en ostentar una significativa producción donde sea más forma más que de contenido, pero donde el manejo de la imagen se juegue a quedar entre lo sencillo y lo fastuoso pero sin perder el objetivo de que se invierte para ganar sea bien en la taquilla y también ¿por qué no? en los aplausos de su público.

Un propuesta que cuenta con dos elencos: Un producto teatral que inteligentemente cala en la receptividad de cierta clase de consumidor cultural o de farándula; que sabe exactamente qué va a ver y que no pretende saber quién la escribió, versionó, montó o produjo sino que busca reconocer a ciertas figuras que habrán de estar sobre la escena llámese Chiquinquirá Delgado, Osmel Souza, Luis Fernández, Mimi Lazo, Daniel Sarcos, Mónica Pasqualotto, Violeta Alemán, Mónica Montañez, Mirtha Pérez, Ana María Simón, etcétera, etcétera, etcétera.

¿Una Cenicienta o dos Cenicientas? ¡No importa! Lo que sí parece importar es que estuviesen bajo un buen como perspicaz paraguas de las producciones ejecutiva de Mimi Lazo, general de Elías Yánez y asociada de Rafael Oliveros y con el firme propósito de que una línea argumental archiconocida - versionada por Natalia Martínez- llegase traslucidamente al receptor, que la preclara solución de puesta en escena de Michel Hausmann fuese abierta y sin complicaciones y que haya sobre todo un concepto global de imagen y "fashión" gracias al talentoso esfuerzo de profesionales del diseño y la realización con el encargo de sumar y generar espectáculo y que este espectáculo tenía que estar dispuesto para que fuese plenamente "comercial" y donde no debía caber un ápice de aprehensión.

Una "Cenicienta" harto jugosa en lo que muestra y en lo que se se invierte cuando las penurias de los grupos subsidiados dependientes se hacen cada día más cuesta arriba. Una "Cenicienta" con final feliz y que puede darse el lujo si así lo desea de alternarse para estar en espacios distintos si la fuerza de la demanda así lo impone. Una "Cenicienta" que de antemano se entendió escenificable para el disfrute de un cierto espectador que la habrá de consumir sin rollos y apartado de cualquier ortodoxo recelo de los puristas del teatro de "arte" que siempre buscan complicaciones conceptuales, estéticas, artísticas o ideológicas de que lo que es y debe ser el arte de las tablas.

Cenicienta con príncipe y final feliz, Cenicienta producto pensado y concretado como una muy seria inversión económica, de talentos mire donde se le mire, más si la mirada es el ojo del inversor. Finalmente, un espectáculo dispuesto a ganar el aplauso / complacencia de un segmento del público y que a final de cuentas determine si las durezas de la taquilla pueden romper o no. Una apuesta muy particular en lo que a materia de "teatro para todo público" se plantea en estos momentos en la escena artística caraqueña. Quizás al final de la temporada los números hablen por sí mismos de cuál fue el verdadero impacto y trascendencias de este "producto escénico".

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FESTIN 2005: ¡¡¡LA ALEGRIA FUE PARA TODOS!!!

<strong>FESTIN 2005: ¡¡¡LA ALEGRIA FUE PARA TODOS!!!</strong> Por CARLOS E. HERRERA

El teatro para niños y adolescentes tiene en Venezuela contados eventos que sean capaces de reunir una disímil vitrina de producciones teatrales generadas a lo largo y ancho de un lapso dado, de contar con actividades formativas dirigidas a optimizar el perfil profesional y técnico del hombre y la mujer que se aboque a esta difícil práctica creativa y menos aun, de posibilitar la concepción de un evento festivo que no solo brinde acceso al disfrute del hecho artístico cultural tanto en salas teatrales como en espacios no convencionales. Sin embargo, uno de los más reputados encuentros de esta naturaleza es, sin duda alguna, el Festival de Teatro para niños y adolescentes (FesTIN) que este año alcanzó su octava edición.

Y digo que son pocos estos eventos ya que sabemos cuales de ellos se efectúan a lo largo del año sea bien en la zona Occidental (Zulia) u Oriental (Anzoátegui) donde con igual tenacidad se abocan a generar alternativas competitivas y de difusión que son igualmente loables como plausibles. Sin embargo, el FesTIN a lo largo de su historia ha sido más que un simple encuentro de creadores del teatro para la infancia y la juventud. Ha sido una sólida alternativa que busca situar al teatrista orientado a este segmento del hecho escénico a sentir que con este festival se procura –bien que mal- ser el más acabado tanto en sus alcances, fines y objetivos.

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¡BALANCE TEATRAL 2004!

<strong>¡BALANCE TEATRAL 2004!</strong> Por: Carlos E. Herrera
Fuente: arumbear.com

El año 2004 cerró hace menos de un mes su dinámica y quehacer en materia de teatro. Ahora se acumulan energías para iniciar el nuevo ciclo de creación, circulación y consumo correspondiente al lapso 2005. En este ínterin aún se hace pertinente el ejercicio del recuento y la memoria. Se hace obligante asentarle ya que fue disímil y particular la huella dejada por los artistas de la escena teatral nacional. Ellos persistieron en su fe: hacer del imaginario un algo verificable en sueños plasmados como proyectos de diversa índole.

Grupos e instituciones, hombres y mujeres y hasta adolescentes y niños se dejaron atrapar por el oficio sea amateur o profesional. Nadie puede negar - al igual en tiempos pretéritos - el teatro venezolano está aún late por la entrega, pasión, voluntad, creatividad, sudor, risas y lágrimas tanto sobre, en y tras la escena. En este ínterin cuando las energías se renuevan y se vuelve a buscar el horizonte del hacer algunos hacen recuentos de logros y otros de fracasos. Sin embargo, en la reflexión que se hace sobre la senda efectuada se vuelve a tomar aliento para persistir en la continuidad. En la esta persistencia la memoria permite decir quien creció, quien se detuvo, quien fracturó sus paradigmas, quien supo mantener la pasión y quienes se regodearon en la complacencia, la conformidad y la estaticidad.

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Ya basta de desandar estas páginas buscando esos lúcidos artículos, que con gran peso de información y análisis nos regala Carlos E. Herrera. Claro, tendremos que rastrearlo por las intrincadas marañas de la web y en las columnas o en los bloques de la prensa nacional. Presiento que nos espera un gran trabajo pero, como siempre decimos acá, todo sea por ofrecer a nuestros profesionales y aficionados al teatro infantil los contenidos más actuales.

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Teatro Fray Nicolás de Odena entregado en comodato a COMETA DE CANTAURA

<strong>Teatro Fray Nicolás de Odena entregado en comodato a COMETA DE CANTAURA</strong> Estimados amigos y compañeros del teatro del país:

El objetivo fue logrado, el día de hoy la Cámara Municipal del Municipio Pedro María Freites, en su sesión ordinaria del día de hoy 17 de enero de 2005, aprobó por decisión unánime la cesión en comodato de las instalaciones del Teatro Fray Nicolás de Odena (antiguo Universo). De ahora en adelante, esperamos seguir contando con ustedes para poner en funcionamiento, a la brevedad posible, estas instalaciones que ya cuenta con recursos aprobados por el Ilustre Concejo Municipal por la Cantidad de Bs. 100 millones, los cuales serán invertidos en la recuperación de la infraestructura, las cuales sufren severos daños. Ya con el comodato podremos gestionar ante otros organismos y la empresa privada, los recursos que sean necesarios para la completa recuperación y dotación de este importantísimo espacio, el cual ponemos a su disposición desde el mismo momento en que tenga condiciones de habitabilidad.

Mención especial queremos hacer a aquellos grupos y personalidades que manifestaron su incondicionalidad en la consecución del objetivo, y aquellos que por alguna razón no lo manifestaron, sabemos que también sabrán contentarse de este éxito, no sólo del movimiento teatral del Municipio Freites, sino el país entero, pues ganamos otro espacio para la cultura. Para ustedes también nuestro agradecimiento y, por supuesto, no duden en ponerse en contacto con nosotros para incluirlos en las programaciones que próximamente realizaremos.
Con la obtención de este espacio estamos más seguros de poder seguir BRINDANDO ALEGRIA A LAS CARAS DEL FUTURO

Luis Vázquez Ovalles
Director Artístico Cometa de Cantaura