¡BALANCE TEATRAL 2004!
Por: Carlos E. Herrera
Fuente: arumbear.com
El año 2004 cerró hace menos de un mes su dinámica y quehacer en materia de teatro. Ahora se acumulan energías para iniciar el nuevo ciclo de creación, circulación y consumo correspondiente al lapso 2005. En este ínterin aún se hace pertinente el ejercicio del recuento y la memoria. Se hace obligante asentarle ya que fue disímil y particular la huella dejada por los artistas de la escena teatral nacional. Ellos persistieron en su fe: hacer del imaginario un algo verificable en sueños plasmados como proyectos de diversa índole.
Grupos e instituciones, hombres y mujeres y hasta adolescentes y niños se dejaron atrapar por el oficio sea amateur o profesional. Nadie puede negar - al igual en tiempos pretéritos - el teatro venezolano está aún late por la entrega, pasión, voluntad, creatividad, sudor, risas y lágrimas tanto sobre, en y tras la escena. En este ínterin cuando las energías se renuevan y se vuelve a buscar el horizonte del hacer algunos hacen recuentos de logros y otros de fracasos. Sin embargo, en la reflexión que se hace sobre la senda efectuada se vuelve a tomar aliento para persistir en la continuidad. En la esta persistencia la memoria permite decir quien creció, quien se detuvo, quien fracturó sus paradigmas, quien supo mantener la pasión y quienes se regodearon en la complacencia, la conformidad y la estaticidad.
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El año 2004 cerró hace menos de un mes su dinámica y quehacer en materia de teatro. Ahora se acumulan energías para iniciar el nuevo ciclo de creación, circulación y consumo correspondiente al lapso 2005. En este ínterin aún se hace pertinente el ejercicio del recuento y la memoria. Se hace obligante asentarle ya que fue disímil y particular la huella dejada por los artistas de la escena teatral nacional. Ellos persistieron en su fe: hacer del imaginario un algo verificable en sueños plasmados como proyectos de diversa índole.
Grupos e instituciones, hombres y mujeres y hasta adolescentes y niños se dejaron atrapar por el oficio sea amateur o profesional. Nadie puede negar - al igual en tiempos pretéritos - el teatro venezolano está aún late por la entrega, pasión, voluntad, creatividad, sudor, risas y lágrimas tanto sobre, en y tras la escena. En este ínterin cuando las energías se renuevan y se vuelve a buscar el horizonte del hacer algunos hacen recuentos de logros y otros de fracasos. Sin embargo, en la reflexión que se hace sobre la senda efectuada se vuelve a tomar aliento para persistir en la continuidad. En la esta persistencia la memoria permite decir quien creció, quien se detuvo, quien fracturó sus paradigmas, quien supo mantener la pasión y quienes se regodearon en la complacencia, la conformidad y la estaticidad.
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