MEMORIAS DEL GUAYABO : I PARTE
Reflexiones y notas sobre los Talleres de teatro y música para niños y jóvenes del Guayabo, organizado por el Grupo Cultural Yuyachkani durante cinco años consecutivos, en el centro poblado de El Guayabo, El Carmen, Chincha, Perú.
Fuente: BJERREGAARD, Lena (ed.). "El teatro en el fortalecimiento de
las raíces culturales" En: Memorias del Guayabo. Documentos de teatro
N°5, Grupo Cultural Yuyachkani. Lima, 199?
Por: Lena BJERREGAARD.
Durante mi estadía en el Odin Theatre realizamos muchos viajes al exterior uno de ellos fue en 1998 a Perú, donde encontré a este maravilloso grupo Yuyachkani y me quedé fascinada por sus trabajos teatrales, ysus experiencias pedagógicas con grupos marginales.
A través de una fundación del Ministerio del exterior (Raadet for u-lands Forkning) fue posible realizar investigaciones más profundas en el trabajo de Yuyachkani entre el 95-97. En enero 97 se presentó la posibilidad de compartir con ellos una experiencia pedagógica en la comunidad negra del Guayabo. Para mi era la primera vez -para ellos la cuarta- que iba a esa comunidad, donde estuve durante 15 días dictando un taller de teatro.
Esta experiencia pedagógica fue un perfecto ejemplo del sentido del trabajo de Yuyachkani, cuyo nombre significa "estoy recordando", pues el taller se basó en recordarle a esa comunidad negra su origen africano, que no sólo fue la esclavitud, sino que ellos provenían de un continente poseedor de una gran riqueza cultural y material que les es propia genéticamente y que por ello los hace tan diferentes de
otras comunidades del Perú. Recordarse no con nostalgia sino con orgullo y dignidad. Mirar su raíz para recuperar sus valores y de nuevo expresarse creativamente. Al Guayabo llegué de esta manera. Fue un descubrimiento para mi encontrarme minorías étnicas negras en el Perú, conocido en Dinamarca por su cultura indígena y descubrir
también un país multiétnico, multicultural como el Perú, donde indígenas, blancos, negros, selváticos, chinos y japoneses van construyendo su propio mestizaje.
El Guayabo es una pequeña comunidad negra ubicada aproximadamente a 200 km. al sur de Lima y con alrededor de 100 casas.
Durante cada enero de los últimos 4 años, Yuyachkani a hecho un taller de teatro con los niños y jóvenes del pueblo. En enero de 1997 fui y participé en el taller.
Perú cuenta con una considerable población negra. Muchos negros acompañaron a los conquistadores y en Lima había una población negra de 3,500 personas en 1602, sin contar a las mujeres. Los habitantes del Guayabo son descendientes de esclavos negros traídos a la fuerza en grandes cantidades para trabajar en las haciendas de la zona. La
hacienda más cercana al Guayabo es la Hacienda de San José, fundada por los Jesuítas en 1692. En 1967 la Hacienda fue tomada por la familia Conde Montemar y Monteblanco. En sus primeros años la Hacienda producía caña de azúcar, después algodón, y hoy en día
produce espárragos. A principios de este siglo la Hacienda tenía alrededor de 2,800 esclavos trabajando en sus campos, aunque para entonces la esclavitud había sido abolida hacía más de 50 años. Pero en esta región la esclavitud en realidad continuó hasta los años 1930. Bajo la hacienda se construyó una red subterránea de habitaciones y galerías conectada a las 4 haciendas locales entre sí, con el mar a 30 km. de distancia. Los esclavos prohibidos eran llevados de una hacienda a otra a través de estas galerías. También pasaban aquí la mayor parte del tiempo durante el cual no trabajaban, durmiendo y comiendo en la más absoluta oscuridad, y tenían suerte si
sus vidas llegaban a los 30 años.
A principios de los 1970, la reforma agraria del presidente Juan Velasco Alvarado expropió las haciendas y le dio una parcela de 4 hectáreas a cada residente adulto de la zona. Hasta el día de hoy la Hacienda San José está tratando de comprar de vuelta toda la tierra que le sea posible cada vez que un campesino se da por vencido y está
dispuesto a vender. El edificio principal de la hacienda ahora es un hotel/restaurante de lujo y un museo. La misma familia todavía vive en la hacienda, ocupando las alas laterales de la vieja casona principal.
En el poblado cercano del Guayabo los habitantes están tratando de salir adelante con sus 4 hectáreas de tierra plantadas con algodón y pecanas. Nunca da lo suficiente para comer todo el año y especialmente este año (1997)es un desastre, ya que el gobierno
peruano ha abierto la importación al algodón extranjero que es más barato y por ende haciendo que el precio del algodón local caiga de 106 soles (42 dólares) por quintal a 68 soles (26 dólares). Cada parcela produce entre 50 y 60 quintales al año, lo cual hace un ingreso promedio anual por adulto de 1,300 a 1,500 dólares. De ahí también tiene que salir los costos de las semillas, fertilizantes y pesticidas.
La alternativa popular a este pobre estilo de vida de la cosecha de algodón es una carrera en la música (pecusión) para los chicos y en el baile para las chicas. El estilo local de música/baile llamado "festejo" es una música fascinante de inspiración africana que consiste en percusión y canto con un estilo de bailes totalmente diferente a todos los que existen en el resto del Perú. También hay cierta demanda en el deporte para la alta y musculosa gente de la región del Guayabo. Pero a parte de esto, la vida parece ser estática y muy pobre en el Guayabo y las entradas extras provienen de las mujeres que se emplean para hacer trabajos domésticos por salarios
míseros en los pueblos cercanos y del trabajo en el campo durante la cosecha, lo cual solamente da 6 soles (3 dólares) por día.
El Guayabo tiene un problema especial que los pueblos y aldeas aledañas no parecen tener: un alto porcentaje de la población tiene retraso mental de algún grado. Esto es en todo las edades, pero actualmente el porcentaje de niños retrasados menores de 7 años es notablemente más alto que en otras edades. El porcentaje anormal de personas retrasadas en el Guayabo se debe, de acuerdo con mi informante en el pueblo, a tres diferentes familias. Pero estas familias tienen la mayor cantidad de niños. Una mujer tiene 7 niños retrasados y uno normal. Se dice que los genes del retraso son transmitidos por las mujeres (no pasan por los hombres) pero surgen tanto en los hombres como en las mujeres. Los niños retrasados no reciben educación alguna, son una carga demasiado costosa para las familias. Así que continuarán teniendo niños retrasados si no se hace nada al respecto. Yiyachkani tratará de conseguir fondos para iniciar una investigaciób sobre el tema y con suerte podrán encontrar a alguien interesado en esto.
El primer taller de teatro de Yuyachkani en el Guayabo se llevó a cabo en enero de 1994. El grupo había presentado Los músicos ambulantes en el Guayabo, presentación organizada por el movimiento negro Francisco Congo que ahora los alienta a dar un taller ahí, ya que nada pasa en el Guayabo. El grupo reunió fondos para el proyecto y partió para el Guayabo pensando que iban a trabajar con jóvenes. Pero no habían jóvenes, todos estaban trabajando en otros lugares. Así que Yuyachkani dormía en el "comedor" (comedor popular que solo funciona cuando llegan al pueblo donaciones de alimentos para los niños) y Ali Cartagena, la dirigente del comedor, cocinaba para
ellos. Pero aparte de eso no había mucha comunicación con los adultos del pueblo y solo se presentaron 3 madres a la clausura.
Esto ha cambiado lentamente durante los tres últimos años y cada vez hay más interés por el taller. Un grupo de mujeres le ha pedido a Yuyachkani que este año también hagan un taller para ellas y algunos hombres han sugerido que quizás el próximo año a ellos también les gustaría algún taller sobre cómo hacer bihuertos de hortalizas por
ejemplo. El pueblo presentó música y danza de festejo como sorpresa en la noche de apertura en nuestro honor y como gesto de bienvenida.
Esta apertura y aceptación del proyecto de talleres de Yuyachkani abre al pueblo al desarrollo.
Para el siguiente año, aparte de la investigación genética, se ha planificado enseñar a las mujeres a pintar en seda (diseños nuevos o eventualmente antiguos, copiados de la rica tradición textil de la región) -a marzo de 1999, aún no se ha conseguido dinero para este importante proyecto de sobrevivencia- y tratar de conseguir fondos
para un pequeño taller artesanal que quizás pueda permitir a las mujeres una entrada económica alternativa. Este plan fue concebido junto con las mujeres del Guayabo durante el taller de este año, donde resultó obvio que tienen las ganas y la capacidad para trabajar con sus manos de una manera artística.
Y por supuesto que los talleres de teatro continuarán para los niños con un tema nuevo cada año. Este año el tema fue los títeres, el año pasado zancos y pintura corporal africana. Los talleres siempre están relacionados de alguna manera a su cultura con raíces africanas y tratan de fortalecer la identidad peruana negra del Guayabo.
CONTINÚA...
Transcripción: Eddy Díaz Souza.
Quiero agradecer ANA CORREA, actriz de Yuyachkani y promotora de este proyecto, el haberme obsequiado este hermoso libro que narra sus experiencias y la de sus compañeros, enfrascados en un trabajo directo con mujeres, jóvenes y niños de la comunidad de El Guayabo.
Fuente: BJERREGAARD, Lena (ed.). "El teatro en el fortalecimiento de
las raíces culturales" En: Memorias del Guayabo. Documentos de teatro
N°5, Grupo Cultural Yuyachkani. Lima, 199?
EL TEATRO EN EL FORTALECIMIENTO DE LAS RAÍCES CULTURALES
Por: Lena BJERREGAARD.
Durante mi estadía en el Odin Theatre realizamos muchos viajes al exterior uno de ellos fue en 1998 a Perú, donde encontré a este maravilloso grupo Yuyachkani y me quedé fascinada por sus trabajos teatrales, ysus experiencias pedagógicas con grupos marginales.
A través de una fundación del Ministerio del exterior (Raadet for u-lands Forkning) fue posible realizar investigaciones más profundas en el trabajo de Yuyachkani entre el 95-97. En enero 97 se presentó la posibilidad de compartir con ellos una experiencia pedagógica en la comunidad negra del Guayabo. Para mi era la primera vez -para ellos la cuarta- que iba a esa comunidad, donde estuve durante 15 días dictando un taller de teatro.
Esta experiencia pedagógica fue un perfecto ejemplo del sentido del trabajo de Yuyachkani, cuyo nombre significa "estoy recordando", pues el taller se basó en recordarle a esa comunidad negra su origen africano, que no sólo fue la esclavitud, sino que ellos provenían de un continente poseedor de una gran riqueza cultural y material que les es propia genéticamente y que por ello los hace tan diferentes de
otras comunidades del Perú. Recordarse no con nostalgia sino con orgullo y dignidad. Mirar su raíz para recuperar sus valores y de nuevo expresarse creativamente. Al Guayabo llegué de esta manera. Fue un descubrimiento para mi encontrarme minorías étnicas negras en el Perú, conocido en Dinamarca por su cultura indígena y descubrir
también un país multiétnico, multicultural como el Perú, donde indígenas, blancos, negros, selváticos, chinos y japoneses van construyendo su propio mestizaje.
El Guayabo es una pequeña comunidad negra ubicada aproximadamente a 200 km. al sur de Lima y con alrededor de 100 casas.
Durante cada enero de los últimos 4 años, Yuyachkani a hecho un taller de teatro con los niños y jóvenes del pueblo. En enero de 1997 fui y participé en el taller.
Perú cuenta con una considerable población negra. Muchos negros acompañaron a los conquistadores y en Lima había una población negra de 3,500 personas en 1602, sin contar a las mujeres. Los habitantes del Guayabo son descendientes de esclavos negros traídos a la fuerza en grandes cantidades para trabajar en las haciendas de la zona. La
hacienda más cercana al Guayabo es la Hacienda de San José, fundada por los Jesuítas en 1692. En 1967 la Hacienda fue tomada por la familia Conde Montemar y Monteblanco. En sus primeros años la Hacienda producía caña de azúcar, después algodón, y hoy en día
produce espárragos. A principios de este siglo la Hacienda tenía alrededor de 2,800 esclavos trabajando en sus campos, aunque para entonces la esclavitud había sido abolida hacía más de 50 años. Pero en esta región la esclavitud en realidad continuó hasta los años 1930. Bajo la hacienda se construyó una red subterránea de habitaciones y galerías conectada a las 4 haciendas locales entre sí, con el mar a 30 km. de distancia. Los esclavos prohibidos eran llevados de una hacienda a otra a través de estas galerías. También pasaban aquí la mayor parte del tiempo durante el cual no trabajaban, durmiendo y comiendo en la más absoluta oscuridad, y tenían suerte si
sus vidas llegaban a los 30 años.
A principios de los 1970, la reforma agraria del presidente Juan Velasco Alvarado expropió las haciendas y le dio una parcela de 4 hectáreas a cada residente adulto de la zona. Hasta el día de hoy la Hacienda San José está tratando de comprar de vuelta toda la tierra que le sea posible cada vez que un campesino se da por vencido y está
dispuesto a vender. El edificio principal de la hacienda ahora es un hotel/restaurante de lujo y un museo. La misma familia todavía vive en la hacienda, ocupando las alas laterales de la vieja casona principal.
En el poblado cercano del Guayabo los habitantes están tratando de salir adelante con sus 4 hectáreas de tierra plantadas con algodón y pecanas. Nunca da lo suficiente para comer todo el año y especialmente este año (1997)es un desastre, ya que el gobierno
peruano ha abierto la importación al algodón extranjero que es más barato y por ende haciendo que el precio del algodón local caiga de 106 soles (42 dólares) por quintal a 68 soles (26 dólares). Cada parcela produce entre 50 y 60 quintales al año, lo cual hace un ingreso promedio anual por adulto de 1,300 a 1,500 dólares. De ahí también tiene que salir los costos de las semillas, fertilizantes y pesticidas.
La alternativa popular a este pobre estilo de vida de la cosecha de algodón es una carrera en la música (pecusión) para los chicos y en el baile para las chicas. El estilo local de música/baile llamado "festejo" es una música fascinante de inspiración africana que consiste en percusión y canto con un estilo de bailes totalmente diferente a todos los que existen en el resto del Perú. También hay cierta demanda en el deporte para la alta y musculosa gente de la región del Guayabo. Pero a parte de esto, la vida parece ser estática y muy pobre en el Guayabo y las entradas extras provienen de las mujeres que se emplean para hacer trabajos domésticos por salarios
míseros en los pueblos cercanos y del trabajo en el campo durante la cosecha, lo cual solamente da 6 soles (3 dólares) por día.
El Guayabo tiene un problema especial que los pueblos y aldeas aledañas no parecen tener: un alto porcentaje de la población tiene retraso mental de algún grado. Esto es en todo las edades, pero actualmente el porcentaje de niños retrasados menores de 7 años es notablemente más alto que en otras edades. El porcentaje anormal de personas retrasadas en el Guayabo se debe, de acuerdo con mi informante en el pueblo, a tres diferentes familias. Pero estas familias tienen la mayor cantidad de niños. Una mujer tiene 7 niños retrasados y uno normal. Se dice que los genes del retraso son transmitidos por las mujeres (no pasan por los hombres) pero surgen tanto en los hombres como en las mujeres. Los niños retrasados no reciben educación alguna, son una carga demasiado costosa para las familias. Así que continuarán teniendo niños retrasados si no se hace nada al respecto. Yiyachkani tratará de conseguir fondos para iniciar una investigaciób sobre el tema y con suerte podrán encontrar a alguien interesado en esto.
El primer taller de teatro de Yuyachkani en el Guayabo se llevó a cabo en enero de 1994. El grupo había presentado Los músicos ambulantes en el Guayabo, presentación organizada por el movimiento negro Francisco Congo que ahora los alienta a dar un taller ahí, ya que nada pasa en el Guayabo. El grupo reunió fondos para el proyecto y partió para el Guayabo pensando que iban a trabajar con jóvenes. Pero no habían jóvenes, todos estaban trabajando en otros lugares. Así que Yuyachkani dormía en el "comedor" (comedor popular que solo funciona cuando llegan al pueblo donaciones de alimentos para los niños) y Ali Cartagena, la dirigente del comedor, cocinaba para
ellos. Pero aparte de eso no había mucha comunicación con los adultos del pueblo y solo se presentaron 3 madres a la clausura.
Esto ha cambiado lentamente durante los tres últimos años y cada vez hay más interés por el taller. Un grupo de mujeres le ha pedido a Yuyachkani que este año también hagan un taller para ellas y algunos hombres han sugerido que quizás el próximo año a ellos también les gustaría algún taller sobre cómo hacer bihuertos de hortalizas por
ejemplo. El pueblo presentó música y danza de festejo como sorpresa en la noche de apertura en nuestro honor y como gesto de bienvenida.
Esta apertura y aceptación del proyecto de talleres de Yuyachkani abre al pueblo al desarrollo.
Para el siguiente año, aparte de la investigación genética, se ha planificado enseñar a las mujeres a pintar en seda (diseños nuevos o eventualmente antiguos, copiados de la rica tradición textil de la región) -a marzo de 1999, aún no se ha conseguido dinero para este importante proyecto de sobrevivencia- y tratar de conseguir fondos
para un pequeño taller artesanal que quizás pueda permitir a las mujeres una entrada económica alternativa. Este plan fue concebido junto con las mujeres del Guayabo durante el taller de este año, donde resultó obvio que tienen las ganas y la capacidad para trabajar con sus manos de una manera artística.
Y por supuesto que los talleres de teatro continuarán para los niños con un tema nuevo cada año. Este año el tema fue los títeres, el año pasado zancos y pintura corporal africana. Los talleres siempre están relacionados de alguna manera a su cultura con raíces africanas y tratan de fortalecer la identidad peruana negra del Guayabo.
CONTINÚA...
Transcripción: Eddy Díaz Souza.
Quiero agradecer ANA CORREA, actriz de Yuyachkani y promotora de este proyecto, el haberme obsequiado este hermoso libro que narra sus experiencias y la de sus compañeros, enfrascados en un trabajo directo con mujeres, jóvenes y niños de la comunidad de El Guayabo.
0 comentarios