Ley de Responsabilidad... ¡TEATRAL!
Por: Armando Carías
Miembro del consejo Editorial del TINtero
Tomado de: TINtero : el teatro infantil en su tinta. Año 1, N° 2, Caracas, diciembre de 2004.
Nada pudieron hacer los medios de comunicación privados que nos privan de comunicación. De nada les sirvió a las bancadas amigas de los banqueros el sabotaje en la cámara y las intrigas en la recámara. Poco efecto tuvieron las campañas y los litros de champaña: La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión se les enterró como resorte en las posaderas y al menos durante un buen tiempo no podrán sentarse a disfrutar todas las delicias mediáticas que con tanta pasión defienden.
Los hombres y las mujeres del teatro infantil venezolano, quienes desde antes de la polémica suscitada por la discusión y aprobación de este instrumento regulador, venimos abogando por una relación más respetuosa con la infancia, por un trato más inteligente y una comunicación más sensible; tenemos ahora la posibilidad de materializar nuestras ideas, sueños y proyectos en torno a la radio y a la televisión, espacios que para nada nos son ajenos como artistas y creadores.
La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión nos da las herramientas para obtener financiamiento para producir programas para niños y niñas, obliga a las emisoras oficiales y privadas a incluir dentro de su programación un porcentaje significativo de espacios dirigidos a la infancia y crea la figura del comité de usuarios, encargado de velar por el nivel y calidad de los programas dirigidos a los niños, niñas y adolescentes.
El sector teatral infantil, sobra decirlo, ha dado muestras de su "responsabilidad social", de ingenio y creatividad a lo largo de años de constancia escénica, en épocas de precariedad o de abundancia, con o sin Ministerio de Cultura.
Es el momento de asumir nuevos roles, en lo social, en lo político y en lo artístico, para ocupar el inmenso espacio que ahora se nos abre con la naciente Ley.
Dramaturgos, productores, directores, actores, actrices, músicos, diseñadores y demás artífices de la escena que cobija a la niñez, tenemos ahora una herramienta de carácter legal que debemos utilizar hoy "para los protagonistas del mañana".
Los artículos expresan la opinión de sus autores, lo cual no implica nuestra adhesión a su contenido.
Miembro del consejo Editorial del TINtero
Tomado de: TINtero : el teatro infantil en su tinta. Año 1, N° 2, Caracas, diciembre de 2004.
Nada pudieron hacer los medios de comunicación privados que nos privan de comunicación. De nada les sirvió a las bancadas amigas de los banqueros el sabotaje en la cámara y las intrigas en la recámara. Poco efecto tuvieron las campañas y los litros de champaña: La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión se les enterró como resorte en las posaderas y al menos durante un buen tiempo no podrán sentarse a disfrutar todas las delicias mediáticas que con tanta pasión defienden.
Los hombres y las mujeres del teatro infantil venezolano, quienes desde antes de la polémica suscitada por la discusión y aprobación de este instrumento regulador, venimos abogando por una relación más respetuosa con la infancia, por un trato más inteligente y una comunicación más sensible; tenemos ahora la posibilidad de materializar nuestras ideas, sueños y proyectos en torno a la radio y a la televisión, espacios que para nada nos son ajenos como artistas y creadores.
La Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión nos da las herramientas para obtener financiamiento para producir programas para niños y niñas, obliga a las emisoras oficiales y privadas a incluir dentro de su programación un porcentaje significativo de espacios dirigidos a la infancia y crea la figura del comité de usuarios, encargado de velar por el nivel y calidad de los programas dirigidos a los niños, niñas y adolescentes.
El sector teatral infantil, sobra decirlo, ha dado muestras de su "responsabilidad social", de ingenio y creatividad a lo largo de años de constancia escénica, en épocas de precariedad o de abundancia, con o sin Ministerio de Cultura.
Es el momento de asumir nuevos roles, en lo social, en lo político y en lo artístico, para ocupar el inmenso espacio que ahora se nos abre con la naciente Ley.
Dramaturgos, productores, directores, actores, actrices, músicos, diseñadores y demás artífices de la escena que cobija a la niñez, tenemos ahora una herramienta de carácter legal que debemos utilizar hoy "para los protagonistas del mañana".
Los artículos expresan la opinión de sus autores, lo cual no implica nuestra adhesión a su contenido.
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Bruno Mateo -