¡¡¡En Anzoátegui Puerto Teatro aún tiene hadas!!!
Por: Carlos E. Herrera.
Fuente: El foro de occidente [Boletín electrónico]. Año 2, N° 7.- - Guanare, 18 de noviembre, 2004.
Enmarcado en la vitrina de producciones teatrales infantiles del FIT-2004, aprecié la propuesta escénica del colectivo anzoatigüense, Puertoteatro quienes mostraron ante una nutrida asistencia de niños y maestros en el Auditórium del Liceo J. V. Unda su espectáculo: El rey que no creía en los cuentos de hadas pieza inspirada en el cuento de Raymond Farre y escrito y dirigido por Nelly Villegas.
Un argumento que hila dramáticamente la historia del vanidoso rey Alejandrino I que tiene que sufrir dos situaciones que marcan el decurso de la trama. La primera, su inocultable vanidad y que le hace aborrecer todo cuento o referencia que hable de esos seres fantásticos y misteriosos que son las hadas. La segunda -derivada de la primera- es que su esposa, la reina sufre inconsolablemente de esta cerrada actitud de soberbia ante estas inclinaciones de su amado soberano hecho que le genera una calamitosa angustia que la postrará hasta casi perder la vida.
Para poder salvarla, su noble consorte ruega al Hada de la Vida que la cure ya que sabe que detrás de su enfermedad está la maldad del mago de la Muerte. He ahí cuando se empieza a construir un argumento con carácter maniqueo (el bien contra el mal) y un juego de fuerzas de creencias ante lo que debe ser la existencia o no, del mundo de las hadas.
Nelly Villegas nos ofrece una historia cuya estructura no es lineal, es decir, hay una exposición, un desarrollo, un conflicto, un clímax y un desenlace de manera convencional. La fórmula es alterada por invertir la secuencialidad de la fábula mostrándola con carácter retrospectivo (del final hacia el principio) factor que podría no siempre- suponer que el receptor, por ejemplo, un niño menor de siete años se le sea más difícil su aprehensión y reestructuración mental lineal. Las situaciones de confrontaciones entre el rey y su alter ego (el Hada de la Vida) a que le ayude. Ella, solo le exigirá que deponga su actitud y así intervenir protegiéndole de las malévolos intenciones del Mago de la Muerte.
Personajes, situaciones y moraleja aún deben ser revisadas a fin de darle un poco más de cuerpo teatral, para que la historia adquiera densidad de forma en su discurso y dotarla de un sentido más consistente en cuanto a la exposición / manejo de caracteres así como de las poderosas fuerzas que en la vida callada o subterráneamente están en pugna, eso sí, minimizando hasta donde le sea posible lo maniqueo para que no exagerar lo que a la hora de ser caracterizado por los actores quede en evidencia. Con todo, Nelly Villegas es una autora con compromiso y pasión por seguir facturando productos para alimentar el hecho escénico infantil. Mi exhorto está finalmente dirigido a que no ceje y que siga escribiendo sea bien adaptaciones o piezas de su propia autoría.
El producto exhibido por la agrupación Puertoteatro es digno, vistoso y preocupado por que exista elementos substantivos de todo espectáculo: marcado colorido e interés plástico para armar un todo visual que atraiga, celo en que la respuesta de sus plantilla actoral el cual deberá estar a la altura de cada compromiso, integración multidisciplinaria de otras artes léase, títeres, muñequería, zanquería, etcétera un justo trabajo coreográfico, integración musical acorde al espíritu de la pieza, en fin, los aspectos fundamentales que una pieza para niños -y no tan niños- debe mostrar.
Ahora bien, mi preocupación estriba en el hecho de que fue la propia autora quien lleva a la escena su pieza. Eso impide apartarse de su acto creativo y someterla a una revisión en frío de los alcances o limitaciones de un elemento, de las fortalezas compositivas e interpretativas de tal o cual histrión, incluso, yendo más allá, de sopesar la eficacia de su texto al llevarse a la puesta en escena. He aquí, el punto de conexión crítica que le expongo al trabajo de Nelly Villegas la directora. Su trabajo dramático no puede estar distanciado, medido y sometido a una revisión más eficiente para potenciar, posteriormente, un todo más uniforme, más cohesionado, más acabado.
Fuera de este alcance, debo dar mi espaldarazo a la labor callada, constante y fiel que Puertoteatro hace en la región oriental en pro de la consolidación, permanencia y vivacidad del quehacer para niños y jóvenes. Antes de cerrar esta nota, daré mi aplauso a la labor actoral constatada en el esfuerzo interpretativo de: Veruska Cumana, Jhonatan Vergara, Augusto Ramírez, Pablo Ramírez, Raquel Henríquez y Milagros Díaz quienes unos más u otros menos- generaron trabajos convincentes, formales y técnicamente sustentados.
Puertoteatro es desde mi personal opinión, una de las regencias claves del desarrollo del teatro para niños en la región anzoatigüense. Con cada producción, cada evento se constata y ello me alegra porque sé y comprendo que con esa clase de voluntades habrá riqueza, alternativa y opciones para el teatro infantil en el país .
Fuente: El foro de occidente [Boletín electrónico]. Año 2, N° 7.- - Guanare, 18 de noviembre, 2004.
Enmarcado en la vitrina de producciones teatrales infantiles del FIT-2004, aprecié la propuesta escénica del colectivo anzoatigüense, Puertoteatro quienes mostraron ante una nutrida asistencia de niños y maestros en el Auditórium del Liceo J. V. Unda su espectáculo: El rey que no creía en los cuentos de hadas pieza inspirada en el cuento de Raymond Farre y escrito y dirigido por Nelly Villegas.
Un argumento que hila dramáticamente la historia del vanidoso rey Alejandrino I que tiene que sufrir dos situaciones que marcan el decurso de la trama. La primera, su inocultable vanidad y que le hace aborrecer todo cuento o referencia que hable de esos seres fantásticos y misteriosos que son las hadas. La segunda -derivada de la primera- es que su esposa, la reina sufre inconsolablemente de esta cerrada actitud de soberbia ante estas inclinaciones de su amado soberano hecho que le genera una calamitosa angustia que la postrará hasta casi perder la vida.
Para poder salvarla, su noble consorte ruega al Hada de la Vida que la cure ya que sabe que detrás de su enfermedad está la maldad del mago de la Muerte. He ahí cuando se empieza a construir un argumento con carácter maniqueo (el bien contra el mal) y un juego de fuerzas de creencias ante lo que debe ser la existencia o no, del mundo de las hadas.
Nelly Villegas nos ofrece una historia cuya estructura no es lineal, es decir, hay una exposición, un desarrollo, un conflicto, un clímax y un desenlace de manera convencional. La fórmula es alterada por invertir la secuencialidad de la fábula mostrándola con carácter retrospectivo (del final hacia el principio) factor que podría no siempre- suponer que el receptor, por ejemplo, un niño menor de siete años se le sea más difícil su aprehensión y reestructuración mental lineal. Las situaciones de confrontaciones entre el rey y su alter ego (el Hada de la Vida) a que le ayude. Ella, solo le exigirá que deponga su actitud y así intervenir protegiéndole de las malévolos intenciones del Mago de la Muerte.
Personajes, situaciones y moraleja aún deben ser revisadas a fin de darle un poco más de cuerpo teatral, para que la historia adquiera densidad de forma en su discurso y dotarla de un sentido más consistente en cuanto a la exposición / manejo de caracteres así como de las poderosas fuerzas que en la vida callada o subterráneamente están en pugna, eso sí, minimizando hasta donde le sea posible lo maniqueo para que no exagerar lo que a la hora de ser caracterizado por los actores quede en evidencia. Con todo, Nelly Villegas es una autora con compromiso y pasión por seguir facturando productos para alimentar el hecho escénico infantil. Mi exhorto está finalmente dirigido a que no ceje y que siga escribiendo sea bien adaptaciones o piezas de su propia autoría.
El producto exhibido por la agrupación Puertoteatro es digno, vistoso y preocupado por que exista elementos substantivos de todo espectáculo: marcado colorido e interés plástico para armar un todo visual que atraiga, celo en que la respuesta de sus plantilla actoral el cual deberá estar a la altura de cada compromiso, integración multidisciplinaria de otras artes léase, títeres, muñequería, zanquería, etcétera un justo trabajo coreográfico, integración musical acorde al espíritu de la pieza, en fin, los aspectos fundamentales que una pieza para niños -y no tan niños- debe mostrar.
Ahora bien, mi preocupación estriba en el hecho de que fue la propia autora quien lleva a la escena su pieza. Eso impide apartarse de su acto creativo y someterla a una revisión en frío de los alcances o limitaciones de un elemento, de las fortalezas compositivas e interpretativas de tal o cual histrión, incluso, yendo más allá, de sopesar la eficacia de su texto al llevarse a la puesta en escena. He aquí, el punto de conexión crítica que le expongo al trabajo de Nelly Villegas la directora. Su trabajo dramático no puede estar distanciado, medido y sometido a una revisión más eficiente para potenciar, posteriormente, un todo más uniforme, más cohesionado, más acabado.
Fuera de este alcance, debo dar mi espaldarazo a la labor callada, constante y fiel que Puertoteatro hace en la región oriental en pro de la consolidación, permanencia y vivacidad del quehacer para niños y jóvenes. Antes de cerrar esta nota, daré mi aplauso a la labor actoral constatada en el esfuerzo interpretativo de: Veruska Cumana, Jhonatan Vergara, Augusto Ramírez, Pablo Ramírez, Raquel Henríquez y Milagros Díaz quienes unos más u otros menos- generaron trabajos convincentes, formales y técnicamente sustentados.
Puertoteatro es desde mi personal opinión, una de las regencias claves del desarrollo del teatro para niños en la región anzoatigüense. Con cada producción, cada evento se constata y ello me alegra porque sé y comprendo que con esa clase de voluntades habrá riqueza, alternativa y opciones para el teatro infantil en el país .
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