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TEATRIN VIAJERO

Pensándolo bien

TRIBUTO A VERNE ES TAMBIÉN UN CANTO A LA IMAGINACIÓN Y A LA TOLERANCIA

<strong>TRIBUTO A VERNE ES TAMBIÉN UN CANTO A LA IMAGINACIÓN Y A LA TOLERANCIA</strong> Por EDDY DÍAZ SOUZA

Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad.
Julio Verne
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El 12 de setiembre tuve la oportunidad de ver la más reciente producción del colectivo venezolano Actividades Alternas (A.A.), que está _según se dice en el programa de mano, especie de tarjeta postal_ cumpliendo sus diez años en escena.

De Actividades Alternas (A.A.) he visto casi todas sus producciones, salvo _hecho curioso_ esta reciente pieza que, según tengo entendido, había subido a las tablas en otro momento, sufriendo a lo largo de sus presentaciones, diversas modificaciones sustanciales. Lástima que no pude ver las anteriores versiones, aunque no creo que superaran ésta.

Antes de llegar al Teatro 8, donde A.A. estaba cumpliendo su temporada, ya tenía cierta información relacionada con el montaje. Criterios nada favorables, por cierto, que me obligaron, aún más, a pasar mi tarde del domingo frente a tres actores que se empeñaban en regalarme un buen día. Al menos, eso creí y sentí, que el elenco se esforzaba en dar lo mejor de sí a aquel reducido grupo de espectadores. No éramos muchos, tal vez quince personas o un poco más. La mayoría, adultos. Y la puesta funcionó. Al menos, para mí.

Contaba la historia, a grandes rasgos, sobre una supervisora de Bibliotecas que decide poner "orden" en este centro, viendo que el bibliotecario (Julio Viernes) está demasiado apegado a la literatura fantástica. Un enredo que provoca la desaparición de la llave, los llevará a realizar un apresurado viaje, viaje que conecta o refiere a la obra de Julio Verne. Y es importante anotar que el autor de esta pieza, José Luis León, no se planteó con este texto y puesta una mera traducción del signo literario a la recreación escénica; o sea, no estamos en presencia de una adaptación o fiel recreación de las novelas juveniles de Verne, sea el Viaje al centro de la tierra o La vuelta al mundo en 80 días. Si bien algunas anécdotas de éstas sustentan su historia, no pasan de ser éstas divertidos refrescamientos para los adultos y asunto novedoso para aquellos chicos que aún no han descubierto al poeta futurista que es Julio Verne. Tal vez muchos adultos esperaban esa fidelidad del traductor, convertido acá en dramaturgo y puestista. Pero no, José Luis León decide jugar, contar a su modo, descontextualizar y narrar a través del cuerpo y el espacio, y el espacio y el títere, dejando al margen lo literario, la carga textual.

Ya nos había sorprendido este autor con su obra Rosa de papel y con este nuevo texto viene a profundizar sus raíces como dramaturgo. Sin duda, es de aquellos autores a los que hay que seguir de cerca. No obstante, su nueva creación literaria deja ver sobre la escena flacos costados, como por ejemplo: no queda clara en qué consiste la apuesta entre el bibliotecario y la supervisora, apuesta que es en sí el motor de la trama.

La puesta, por su parte, es sencilla, sobria, divertida y directa. El dispositivo escenográfico, que tanto nos recuerda las esculturas móviles de Alexander Calder, es realmente impactante, sólo que su poco uso en favor del juego escénico la convierte a la larga en una estructura decorativa que entorpece la acción de los actores, en lugar de integrarse.

Salomón Adames, Laura Meza y Dennisse Formoso supieron captar y mantener la atención del público. Tal vez Laura Meza, al principio de la obra, lucía ya un poco cansada y con ciertos problemas de dicción, lo cual superó en la medida en que avanzaba la puesta. Denisse, por su parte, con un excelente trabajo actoral, no defendió bien su labor como titiritera. En ocasiones, primó la acción acelarada sobre la limpieza de las escenas con títeres. Adames, sin embargo, convenció a todos con su expresiva voz, presencia escénica y dominio corporal. (Aunque nunca nos quedó claro el género de su ayudante, Picaporte _interpretado por Dennisse Formoso_, pues a veces era chico y otras chica).
La música de Jesús Sánchez es verdaderamente atractiva, bien diseñada para la acción y muy sugerente. Maritza Briceño, en la asesoría vocal, logra un buen resultado con el elenco. Hermosos y muy expresivos son los títeres de mesa, realizados por Humberto Rivas. Y el trabajo de David Blanco en la iluminación, como siempre, es loable.

De la más reciente producción de Actividades Alternas podrían escribirse o comentarse muchas cosas. Yo me quedo con esa puesta que honra la imaginación y hace un voto por la tolerancia, porque se respete la individualidad y el derecho a soñar, a fantasear... Yo me quedo con esa risa que me provocó el divertimento. Y sostengo que CÓDIGO VERNE es Un canto a la Imaginación.

DE DRAMAS AL PREMIO DE DRAMATURGIA

<strong>DE DRAMAS AL PREMIO DE DRAMATURGIA</strong> CentroMolinos ha reiterado, en diversas oportunidades y a través de diferentes medios, que la dramaturgia para niños y jóvenes en Venezuela atraviesa por una difícil etapa. De la noche a la mañana desaparecieron las convocatorias nacionales y los títulos que salen de las editoriales se pueden contar con los dedos de una mano. Suponemos que a pesar de este deslucido cuadro, los autores continúan creando historias para representar.
Algunos de estos dramaturgos tienen, al menos, la posibilidad de editar sus piezas en escena (bien porque mantienen estrecha relación con las agrupaciones o bien porque son parte de ella). Y dejarán a la historia, y a las futuras generaciones, un buen número de libretos con acotaciones al margen.
Sin embargo, lo más usual en nuestros días es que el director, luego de revisar las exiguas Bibliotecas y Centros de Documentación de agrupaciones, instituciones y amigos, se decida por versionar algún cuento o adaptar un viejo libreto que sobrevive bajo el peso del polvo. Dicho proceso, será ejecutado por el mismo director o por cualquier otro integrante del colectivo teatral. Hasta ahí, todo bien. A falta de pan -como reza el refrán-, buenas son tortas. Pero el asunto se complica cuando quien reescribe asume la paternidad absoluta, sin hacer mención del creador original del texto. ¿Y, por qué ignorar estos datos? ¿Por qué ocultar la fuente que nos suministró la materia de nuestro producto? ¿Por qué no considerar al autor y su obra como una referencia importante? ¿Por qué no reconocer que se ha versionado o adaptado un texto? ¿Qué intención hay detrás de todo esto? No lo sabemos. Lo que sí podemos asegurar es que este fenómeno se aprecia con cierta frecuencia.
Otras irregularidades similares (o peores) hemos registrado a lo largo de este año, pero no las comentaremos en esta columna por ser hechos muy aislados.
Creemos que estas anomalías se deben, en parte, a la ausencia de una política que garantice la publicación y distribución de las obras de nuestros autores. A la falta de información de unos y a la viveza de otros. Y un poco también a la escasez de espacios para el diálogo, la reflexión, y el encuentro del dramaturgo con las agrupaciones teatrales.
Es por todo ello que celebramos la iniciativa de la organización Teatro Infantil Nacional -como ya hemos apuntado en este espacio- quienes avanzan en su proyecto de un CD. que recogerá un buen número de obras teatrales, galardonadas en las diferentes ediciones de su Premio.
Y otra buena noticia que acogemos con entusiasmo es el PRIMER CONCURSO DE DRAMATURGIA DEL TET Y FUNDARTE.