Las estaciones de un PATITO FEO

Por María Isabel Tamayo.
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Teatro de Las Estaciones (Cuba)
Presentaciones en Sala Jean Macé
23 de sept a las 9:00 pm
24 de sept a las 11:00am y 3:00 am
Festival Mundial de Marionetas de Charleville-Mezieres 2006
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¡Qué mañana en el campo tan dorada
el pincel del verano dibujó!
Hierba verde, resplandores
de un trigo tan maduro como el sol.

Así comienza la versión poética sobre el famoso cuento El patito feo, de Andersen, que el dramaturgo Norge Espinosa ha escrito al Teatro de Las Estaciones. Con una mezcla musical, danzaria, pictórica y titiritera, que le otorga al espectáculo un sentido de teatro visual, vuelven los de Las Estaciones a la reconquista de su público infantil, pero esta vez con una producción que entra por los ojos, y luego conquista el alma a través de la hermosa partitura musical que ha compuesto la pianista Hilda Elvira Santiago y canta la soprano Mayuley Álvarez. Un huevo multicolor nacido de los mágicos pinceles del maestro Zenén Calero es la primera imagen, de ahí surgirá un patito más que feo diferente y esto corrobora el giro de 180 grados que persigue el grupo matancero al utilizar aleatoriamente todas las artes en busca de un juego estético donde las figuras, la sonoridad y la coreografía firmada por Lilian Padrón denotan un trabajo imaginativo y sensible.

En esta nueva puesta en escena que firma como de costumbre Rubén Darío Salazar se arriesgan todas las conquistas anteriores para conseguir con la dimensión de la tierna historia del escritor danés un mundo irreal, melancólico y cruel, que solo los títeres pueden representar a cabalidad. El paso de las estaciones del año, la añoranza materna, la búsqueda de paz y comprensión, del espacio necesario para vivir se cuenta a través de un género que los titiriteros matanceros nombran paisaje musical en 4 tiempos, homenaje póstumo y eterno a Dora Alonso al representar su cuento preferido, zona también de nuevas interrogantes sociales y artísticas que estos amantes del retablo proponen en su duodécimo aniversario.

"…La vida es generosa y a todos ofrece cabida, caminos y horizonte, siempre que no perdamos el valor o nos falte la voluntad." Escribió la Alonso a su amado Patito en 1988, voluntad que con amor, exigencia y trabajo constante ha mantenido siempre Teatro de Las Estaciones.