INTENCIONES Y REALIDADES
 Acabo de recibir el séptimo boletín electrónico que, tan gentilmente, nos hace llegar Carlos Arroyo y su equipo, cada tarde y cada noche. No puedo ocultar esta suerte de felicidad que me bulle por dentro. Resulta que este nuevo número ha traído un excelente repertorio de notas y artículos críticos sobre los espectáculos infantiles que se han presentado por estos días en el Festival de Occidente.
								
				
				Acabo de recibir el séptimo boletín electrónico que, tan gentilmente, nos hace llegar Carlos Arroyo y su equipo, cada tarde y cada noche. No puedo ocultar esta suerte de felicidad que me bulle por dentro. Resulta que este nuevo número ha traído un excelente repertorio de notas y artículos críticos sobre los espectáculos infantiles que se han presentado por estos días en el Festival de Occidente. Como todos nuestros lectores saben, sólo ofreceremos de estos extensos y sustanciosos trabajos, una selección ajustada al interés de este weblog; esto es, el teatro infantil. Es por ello que pedimos disculpas a los autores al no publicar íntegramente sus artículos aunque, eso sí, invitamos a todos a la lectura de la información completa en el órgano divulgativo del FTO.
Intenciones y realidades
Por: Bruno Bert
Fuente: El foro de occidente [Boletín electrónico]. Año 2, N° 7.- -Guanare, 18 de noviembre, 2004.
(...)
El segundo trabajo, presentado de una manera circular, está especialmente pensado para los niños y se basa en cuatro leyendas indígenas. Hay un sabroso mestizaje tanto de técnicas como de texto, un ritmo sostenido y una actitud lúdica y participativa muy atractiva, ajena a las habituales manipulaciones de los espectadores infantiles.
El montaje incorpora video, instrumentos en vivo, títeres, actores con grandes máscaras y toda una gradación de estímulos visuales y sonoros que mantiene la atención de manera constante. Aparecen por ahí algunos pequeños problemas de espacio y articulación entre escenas lo que traba un poco la fluidez del material, pero lo creo más bien producto de la circunstancia.
En definitiva, espectáculos para disfrutar o discutir (y la polémica también es parte del disfrute al interno de un festival) mientras se mantiene ese movimiento que es slogan, en las ideas, los gustos y las salas de este encuentro que promedia sin perder un ápice de tensión e interés.
 
       
		
0 comentarios