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TEATRIN VIAJERO

MEMORIAS DEL GUAYABO : FIN DEL PRÓLOGO

<strong>MEMORIAS DEL GUAYABO : FIN DEL PRÓLOGO</strong> Reflexiones y notas sobre los Talleres de teatro y música para niños y jóvenes del Guayabo, organizado por el Grupo Cultural Yuyachkani durante cinco años consecutivos, en el centro poblado de El Guayabo, El Carmen, Chincha, Perú.

Fuente: BJERREGAARD, Lena (ed.). "El teatro en el fortalecimiento de las raíces culturales" En: Memorias del Guayabo. Documentos de teatro N°5, Grupo Cultural Yuyachkani. Lima, 199?

EL TEATRO EN EL FORTALECIMIENTO DE LAS RAÍCES CULTURALES


Por: Lena BJERREGAARD.

EL TALLER
Durante el taller de mujeres, Yuyachkani invitó a la ONG Movimiento Pro Derechos Humanos del Negro a acercarse a hablarles a las mujeres sobre su "Programa para Mujeres Negras". Hicieron un pequeño taller sobre identidad negra y al final del taller las mujeres del Guayabo eligieron dos representantes para participar en el encuentro nacional de los derechos de la mujer negra a finales de enero del 97. Es la
primera vez que una organización de derechos humanos ha establecido contacto con las mujeres del Guayabo y ojalá que surja algo bueno de esto.

El taller, en el que participaron casi 70 niños de 1 a 12 años de edad (el límite de edad era de 4 años, pero muchos de los niños trajeron a un hermano o hermana menor a la que tienen que cuidar), 7 jóvenes y 29 mujeres, fue dividido en varios grupos de trabajo.

TALLER de 1 a 7 AÑOS (Mixto)
Trabajaron con pequeñas bolsas de papel que transformaron con papel lustre en pequeños títeres que podían hablar cuando les ponían mano dentro.

Trabajaron con cartón y pintura y diferentes formas (redondelas, cuadrados, trapecios y diamantes) e hicieron atros títeres que se ponían en un palo.

Mientras trabajaban en los títeres cantaban una canción sencilla que se les enseñó, en la cual aparecían muchas personas (las bolsas de papel) y muchas formas (las redondelas, cuadrados, etc.).

Debo decir que este trabajo aparentemente tan sencillo fue muy difícil por la falta de concentración de los niños que al parecer nunca habían trabajado con materiales creativos, y no sabían recibir una indicación general de trabajo; había que dar uno a uno las indicaciones y aún así, les era difícil.

También habían niños mayores con retraso mental que debían participar en los otros talleres, pero que querían estar en éste, creando dificultades en la relación. A pesar de estos problemas el taller fue muy satisfactorio.

TALLER DE 8 A 12 AÑOS (Niñas)
A las niñas más grandes se les enseñó crochet e hicieron títeres de mano con la forma de distintos animales.

Las más pequeñas hicieron títeres para dedos, representando insectos. Estos títeres representaron la historia del mono Machín que se alió con todos los pequeños insectos y ganó una guerra contra el león que se había aliado con todos los animales grandes y fuertes.

La historia era una canción.

También hicieron títeres alfabéticos para las manos, títeres blancos con una letra pintada a cada lado, cabezas marrones y el pelo trenzado con perlas, como es característica en esta zona. Estos títeres representaban la canción.

TALLER DE 8 A 12 AÑOS (Niños)
A los niños se les enseñó una secuencia de Kung Fu y luego trabajaron con muñecones. Hicieron una araña gigante, un cangrejo y un saltamontes, un río, un pez saltando, insectos y un árbol que producía muchas variedades de frutas. Con todo esto representaron y recitaron una historia inventada por ellos mismos.

TALLER DE 13 A 18 AÑOS (Jóvenes)
Los jóvenes del pueblo siempre están trabajando durante el día pero por las noches se nos acercaron a preguntar si les podíamos ayudar a crear un espectáculo sobre el machismo, lo cual hicimos.

Ellos continúan con este trabajo después de nuestra partida.

TALLER CON MUJERES
El taller de mujeres comenzó como un taller de títeres, pero finalmente todas prefirieron hacer muñecas completas con piernas y brazos. Las hicimos de espuma plástica, medias de nylon, pintura, lana, etc.

El entusiasmo de las mujeres fue fantástico. El primer día asistieron muy pocas, pero para el segundo día 29 mujeres se habían presentado.

Después quisieron unirse otras, pero como no había suficiente espacio ni tiempo, se organizaron para enseñarse entre ellas después que nos fuéramos. En los inicios el taller duraba de las 16 a 18 horas, pero terminó durando de las 13 horas hasta las 21 horas. La propuesta del taller era hacer era hacer muñecas negras, viejas, gordas y
arrugadas, lo cual funcionó para las caras debido a la técnica usada. Pero cuando llegaron al cuerpo y el pelo, muchas cayeron en la "trampa de la Barbie". Todas estaban muy contentas con sus productos, poniéndoles nombres y llamándolas sus hijas, y todas las mujeres actuaron y desfilaron felices con sus muñecas durante el evento final. Casi no existen juguetes en el pueblo, pero en el último día de nuestra estadía se podía ver a los niños pequeños cargando afectuosamente las muñecas de sus mamás.

Cada día iniciábamos los talleres de niños con canciones, bailes y juegos. Teníamos una canción general para los títeres y además cada taller tenía su propia canción o canciones.

Cada tarde pasamos videos entretenidos y educativos para los niños. Por supuesto que esto tenía una función placentera y pedagógica, pero también resultó ser absolutamente necesario porque de otra forma no hubiésemos podido trabajar con las mujeres. Cuando no había ni video ni talleres para los niños teníamos que tener una fuerte guardia fuera del taller de las mujeres porque si no los niños lo hubiesen invadido. Por la noche mostrábamos videos para los adultos, también películas para entretenimiento o educativas, en las cuales los protagonistas eran negros, esto se ve tan poco acá. Dejamos los videos en el pueblo y serán el comienzo de un video club.

El día antes de la clausura llevamos a todos los niños con sus títeres, música y canciones al cercano pueblo de El Carmen, donde hicimos un desfile por el pueblo anunciando la presentación del día siguiente en el Guayabo. la gente se nos acercaba a preguntarnos si al año siguiente podíamos hacer el taller en El Carmen. Pero muchas
cosas pasan en El Carmen y nunca pasa nada en el Guayabo, así que seguiremos ahí y trataremos de conseguir transporte (3Km.) para que un grupo de niños de El Carmen pueda participar en el taller de 1998 en el Guayabo.

El día de la clausura la presentación comenzó a las 4 de la tarde bajo el techo de una carpa que Yuyachkani había traido e instalado en el centro del pueblo. Todos los niños presentaron sus canciones y sus espectáculos de títeres y las mujeres también presentaron su actuación con las muñecas por toda la carpa, mostrando orgullosamente
al pueblo a sus nuevas "hijas".

Después de la presentación inauguramos el restaurado parque infantil, en el cual habíamos trabajado durante los días anteriores. Durante 30 años los tubos de fierro que debían soportar los 4 ya desaparecidos "sube y baja", como regalo sorpresa para el pueblo. Se hizo esto y se pintaron los juegos; se encerró el parque infantil dentro de un círculo de piedras blancas y se plantaron dos árboles al centro. Los niños estaban felices, y los adultos ahora (2 años después) se turnan para cuidar el parque infantil y están planificando plantar más árboles.

Después de la presentación hubo una algarabía general con percusión y baile. Hicimos una fogata con cartones, una estera y un arbusto. Encimas pusimos el títere modelo que había hecho en Dinamarca para el taller de las mujeres, una perfecta vieja bruja la sacrificamos quemando el año viejo con gran lamentación de las mujeres, que para entonces tenían una relación muy personal con doña Elvira, como la llamábamos.

EL SON DE LOS DIABLOS
Después salieron los jóvenesdel pueblo, disfrazados con máscaras y bailando "El Son de los Diablos".

En Lima y en el norte del Perú existen informes escritos e ilustraciones sobre esta danza que datan de siglos anteriores, explicando que consistía en un grupo de 8 a 10 danzantes y su diablo mayor, todos vestidos con máscaras grotescas y trajes de colores
radiantes. Eran acompañados por un pequeño grupo de músicos con instrumentos tales como la caja de madera, la quijada de burro, una guitarra y un arpa. Esta festiva danza era usada por los negros en diferentes ocasiones a lo largo del año; y en años posteriores durante los años 1920, principalmente o exclusivamente en carnavales.

Los negros de Lima bailaban en los sectores populares de Lima asustando a las personas, realizando competencias de zapateo y recolectando dinero para la comparsa. Desafortunadamente el Son de los Diablos desapareció de las fiestas populares y sobrevivió solo parcialmente en algunos clubes de folklore negro. Para evitar el
olvido total, el Movimiento Negro "Francisco Congo", con el apoyo de Yuyachkani, recreó la antigua danza con sus trajes, máscaras y música, y ahora están tratando de difundirla entre los peruanos para fortalecer la antigua cultura popular negra de ese país. El año pasado Yuyachkani la llevó al Guayabo y se enseño un fragmento a los
jóvenes, quienes el día de la clausura del IV Taller nos deleitaron con esta hermosa sorpresa, alrededor de una inmensa fogata.

COMO CONCLUSIÓN
Todos los participantes: niños, jóvenes y mujeres disfrutaban descubriendo su creatividad, haciendo una experiencia colectiva no cotidiana que juntaba en la acción creativa a todos los integrantes de la comunidad, que a su vez, padecen también colectivamente, las carencias de infraestructura básica.

El hecho de que las mujeres descubran con sorpresa y gusto sus propias y desconocidas capacidades les dio una nueva actitud de orgullo y dignidad. Vi crecer una autoestima en cada una de ellas. Mi experiencia anterior con mujeres fue con aquellas que querían
evolucionar en sus capacidades creativas ya conocidas. Aquí he visto a las mujeres descubrir los indicios de su capacidad creativa.

Esto fue muy emocionante para mí y a su vez muy doloroso el hecho de que no hay -hasta ahora- una financiera que les dé los medios económicos necesarios para terminar de crecer como seres humanos productivos económicamente para su propio beneficio, en un país como el Perú donde el machismo es una institución.

Mi experiencia en el Perú me habla de los infinitos deseos y capacidades de las mujeres para desarrollar su capacidad artística, para crear una economía que les permita vivir con dignidad. Pero como se encuentra en un estado mínimo de subsistencia les falta la energía para salir por sí solas de su difícil situación.

El taller mostró que un apoyo, un estímulo externo -tanto a nivel pedagógico, como financiero- por un tiempo más prolongado, haría posible sentar bases estratégicas que las saque de la miseria.

Transcripción: Eddy Díaz Souza.

Quiero agradecer ANA CORREA, actriz de Yuyachkani y promotora de
este proyecto, el haberme obsequiado este hermoso libro que narra sus experiencias y la de sus compañeros, enfrascados en un trabajo directo con mujeres, jóvenes y niños de la comunidad de El Guayabo.

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